sábado, 6 de julio de 2019

Monóxido de carbono


Monóxido de carbono

 El monóxido de carbono, cuya fórmula química es CO, es un gas inodoro, incoloro, inflamable y altamente tóxico. Puede causar la muerte cuando se respira en niveles elevados. Se produce cuando se queman materiales combustibles como gas, gasolina, keroseno, carbón, petróleo, tabaco o madera en ambientes de poco oxígeno. Las chimeneas, las calderas, los calentadores de agua y los aparatos domésticos que queman combustible, como las estufas, también pueden producirlo si no están funcionando correctamente. Los vehículos estacionados con el motor encendido también lo despiden. . Es el producto de la combustión incompleta en condiciones de deficiencia de oxígeno. Si el oxígeno es suficiente, la combustión produce dióxido de carbono (CO2) de combustibles sólidos, líquidos y gaseosos. Los artefactos domésticos alimentados con gas, petróleo, kerosén, carbón o leña pueden producir CO. Si tales artefactos no están debidamente instalados y mantenidos y no son correctamente utilizados, se puede acumular CO, y este puede llegar a niveles peligrosos, e incluso letales, en automóviles, casas o zonas con ventilación deficiente.
En la siguiente imagen se puede observar la molécula de la hemoglobina constituida por un anillo pirrólico con un átomo de hierro unido por enlaces de coordinación y una molécula de proteína llamada globina. La hemoglobina permite el transporte de oxígeno formado oxihemoglobina.
El monóxido de carbono disminuye la cantidad de oxígeno disponible para las células, lo cual dificulta la función celular. Esto se debe a que reacciona con la hemoglobina presente en la sangre formando carboxihemoglobina.
En las siguientes imágenes se puede observar como el monóxido de carbono desplaza a la molécula de oxígeno en la molécula de hemoglobina formado carboxihemoglobina.


La exposición de las personas a concentraciones importantes de monóxido de carbono en el aire, puede suponer problemas importantes para la salud. El CO se combina rápidamente con la hemoglobina de la sangre, contenida en los glóbulos rojos o eritrocitos, produciendo carboxihemoglobina la cual reduce, a veces a niveles fatales, la capacidad de transporte de oxígeno de los pulmones a las células del organismo.

Efectos en la salud
Los siguientes efectos agudos (a corto plazo) sobre la salud pueden producirse inmediatamente o poco tiempo después de la exposición al monóxido de carbono:
·         Respirar monóxido de carbono puede causar dolor de cabeza, mareo, sensación de desvanecimiento y cansancio.
·         A niveles más altos la exposición al monóxido de carbono puede causar somnolencia, alucinaciones, convulsiones y pérdida de conocimiento.
·         El monóxido de carbono puede causar cambios en la memoria y en la personalidad, confusión mental y pérdida de visión.
·         La exposición extremadamente alta al monóxido de carbono puede causar la formación de carboxihemoglobina, que reduce la capacidad de la sangre para transportar oxígeno y puede causar un color rojo brillante en la piel y las membranas mucosas, dificultad respiratoria, colapso, convulsiones, coma y la muerte.

El envenenamiento por monóxido de carbono causa multitud de efectos debido a la inhibición de la oxidación celular, produciendo hipoxia en el tejido y envenenamiento celular. Los síntomas clínicos de un envenenamiento leve no son específicos y pueden imitar a los de una enfermedad viral no específica, con vómitos, dolor de cabeza, malestar, debilidad, fatiga y falta de respiración.
Los principales indicios del envenenamiento por monóxido de carbono se desarrollan en los sistemas de órganos más dependientes en el uso de oxigeno: el sistema nervioso central y en el miocardio.

Toxicidad leve
Pequeñas exposiciones podrían producir un intenso dolor de cabeza en el lóbulo temporal o frontal, fatiga, disnea y mareo. Después de la exposición los pacientes que sufren enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares pueden sufrir un empeoramiento, por ejemplo isquemia o infarto de miocardio, o derrame cerebral.

Toxicidad moderada
Exposiciones moderadas pueden producir fuertes dolores de cabeza, debilidad, mareos, nauseas, vómitos, síncope, taquicardia y taquipnea seguidos por bradicardia y bradipnea, sofocos, cianosis, sudoración, disminución de la atención, disminución de la destreza manual, reducción en el desempeño de tareas sensitivomotoras, aumento del tiempo de reacción, dificultad al pensar, reducción del juicio, vista borrosa o oscurecida, ataxia, pérdida del control muscular, silbidos o fuertes zumbidos en el oído, somnolencia, alucinaciones y toxicidad cardiovascular.

Toxicidad grave
Exposiciones graves pueden producir sincope, ataques, confusión, desorientación, convulsiones, evacuación involuntaria, ampollas, toxicidad cardiovascular, disrítmias ventriculares, depresión cardiorrespiratoria, edema pulmonar, fallo respiratorio, estupor, perdida del conocimiento, coma, colapso y muerte.

Los efectos a corto-medio plazo que pueden producirse son los siguientes:
·         Los efectos neuropsiquiátricos pueden aparecer varios días después de la exposición. Estos incluyen estado vegetativo, estado en que la persona permanece muda y sin movimiento, parkinsonismo, apraxia, agnosia, problemas en la vista, estado amnésico, depresión, demencia, psicosis, parálisis, movimientos espasmódicos de cara, brazos y piernas, ceguera cortical, neuropatía periférica e incontinencia.
·         Pueden producirse también cambios de personalidad, con incremento de la irritabilidad, agresión verbal, violencia, impulsividad y mal humor.

Los siguientes efectos crónicos (a largo plazo) sobre la salud pueden producirse algún tiempo después de la exposición al monóxido de carbono y pueden durar meses o años:
·         El monóxido de carbono puede afectar al corazón y causar daño al sistema nervioso.
·         Riesgo durante el embarazo de efectos adversos para el feto.

Fumar aumenta su exposición al monóxido de carbono, ya que puede causar enfermedades cardíacas, así como cáncer de pulmón, enfisema y otros problemas respiratorios, puede agravar las afecciones respiratorias causadas por la exposición química. Aunque lleve mucho tiempo fumando, si deja de fumar hoy su riesgo de sufrir problemas de salud será reducido.
La exposición diaria a 34,4 mg/m3 (30 ppm) de monóxido de carbono es equivalente a fumar 20 cigarrillos al día.
En aparcamientos subterráneos y de varios pisos, en túneles de carretera y otros varios microambientes de interior, en los cuales los motores de combustión son usados en condiciones de la ventilación insuficiente, los niveles medios del monóxido de carbono pueden elevarse por encima de 115 mg/m3 (100 ppm) durante varias horas, con valores pico que pueden ser mucho más altos.
En casas con aplicaciones de gas, se han medido concentraciones de monóxido de carbono máximas de hasta 60-115 mg/m3 (52-100 ppm). El humo de tabaco ambiental en viviendas, oficinas, vehículos y restaurantes puede levantar la concentración de monóxido de carbono media de 8 horas a 23-46 mg/m3 (20-40 ppm).
Para proteger grupos de no fumadores, personas ancianas y de mediana con enfermedad de las arterias coronarias, documentada o latente, de ataques cardíacos isquémicos agudos, y proteger los fetos de mujeres embarazadas no fumadoras de efectos hipóxicos perjudiciales, no debería excederse un nivel de carboxihemoglobina del 2,5 %.
Las siguientes directrices han sido determinadas de tal modo que no se exceda el nivel carboxihemoglobina del 2.5 %, aun cuando un sujeto normal realice ejercicio ligero o moderado:
·         100 mg/m3 (≈ 90 ppm) durante 15 minutos
·         60 mg/m3 (≈ 50 ppm) durante 30 minutos
·         30 mg/m3 (≈ 25 ppm) durante 1 hora
·         10 mg/m3 (≈ 10 ppm) durante 8 horas

En el siguiente cuadro se puede observar los efectos del monóxido de carbono sobre la salud.



Bibliografía

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