Monóxido de carbono
En la
siguiente imagen se puede observar la molécula de la hemoglobina constituida
por un anillo pirrólico con un átomo de hierro unido por enlaces de
coordinación y una molécula de proteína llamada globina. La hemoglobina permite
el transporte de oxígeno formado oxihemoglobina.
El monóxido de carbono disminuye la cantidad de oxígeno disponible para
las células, lo cual dificulta la función celular. Esto se debe a que reacciona con la
hemoglobina presente en la sangre formando carboxihemoglobina.
En las siguientes imágenes se
puede observar como el monóxido de carbono desplaza a la molécula de oxígeno en
la molécula de hemoglobina formado carboxihemoglobina.
La exposición de las personas a
concentraciones importantes de monóxido de carbono en el aire, puede suponer
problemas importantes para la salud. El CO se combina rápidamente con la
hemoglobina de la sangre, contenida en los glóbulos rojos o eritrocitos,
produciendo carboxihemoglobina la cual reduce, a veces a niveles fatales, la
capacidad de transporte de oxígeno de los pulmones a las células del organismo.
Efectos
en la salud
Los
siguientes efectos agudos (a
corto plazo) sobre la salud pueden producirse inmediatamente o poco tiempo
después de la exposición al monóxido de carbono:
·
Respirar
monóxido de carbono puede causar dolor de cabeza, mareo, sensación de
desvanecimiento y cansancio.
·
A niveles
más altos la exposición al monóxido de carbono puede causar somnolencia,
alucinaciones, convulsiones y pérdida de conocimiento.
·
El
monóxido de carbono puede causar cambios en la memoria y en la personalidad,
confusión mental y pérdida de visión.
·
La
exposición extremadamente alta al monóxido de carbono puede causar la formación
de carboxihemoglobina, que reduce la capacidad de la sangre para transportar
oxígeno y puede causar un color rojo brillante en la piel y las membranas
mucosas, dificultad respiratoria, colapso, convulsiones, coma y la muerte.
El
envenenamiento por monóxido de carbono causa multitud de efectos debido a la
inhibición de la oxidación celular, produciendo hipoxia en el tejido y
envenenamiento celular. Los síntomas clínicos de un envenenamiento leve no son
específicos y pueden imitar a los de una enfermedad viral no específica, con
vómitos, dolor de cabeza, malestar, debilidad, fatiga y falta de respiración.
Los
principales indicios del envenenamiento por monóxido de carbono se desarrollan
en los sistemas de órganos más dependientes en el uso de oxigeno: el sistema
nervioso central y en el miocardio.
Toxicidad
leve
Pequeñas
exposiciones podrían producir un intenso dolor de cabeza en el lóbulo temporal
o frontal, fatiga, disnea y mareo. Después de la exposición los pacientes que
sufren enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares pueden sufrir un
empeoramiento, por ejemplo isquemia o infarto de miocardio, o derrame cerebral.
Toxicidad
moderada
Exposiciones
moderadas pueden producir fuertes dolores de cabeza, debilidad, mareos,
nauseas, vómitos, síncope, taquicardia y taquipnea seguidos por bradicardia y
bradipnea, sofocos, cianosis, sudoración, disminución de la atención,
disminución de la destreza manual, reducción en el desempeño de tareas
sensitivomotoras, aumento del tiempo de reacción, dificultad al pensar,
reducción del juicio, vista borrosa o oscurecida, ataxia, pérdida del control
muscular, silbidos o fuertes zumbidos en el oído, somnolencia, alucinaciones y
toxicidad cardiovascular.
Toxicidad
grave
Exposiciones
graves pueden producir sincope, ataques, confusión, desorientación,
convulsiones, evacuación involuntaria, ampollas, toxicidad cardiovascular,
disrítmias ventriculares, depresión cardiorrespiratoria, edema pulmonar, fallo
respiratorio, estupor, perdida del conocimiento, coma, colapso y muerte.
Los efectos
a corto-medio plazo que pueden producirse son los siguientes:
·
Los
efectos neuropsiquiátricos pueden aparecer varios días después de la
exposición. Estos incluyen estado vegetativo, estado en que la persona
permanece muda y sin movimiento, parkinsonismo, apraxia, agnosia, problemas en
la vista, estado amnésico, depresión, demencia, psicosis, parálisis,
movimientos espasmódicos de cara, brazos y piernas, ceguera cortical,
neuropatía periférica e incontinencia.
·
Pueden
producirse también cambios de personalidad, con incremento de la irritabilidad,
agresión verbal, violencia, impulsividad y mal humor.
Los
siguientes efectos crónicos (a largo plazo) sobre la salud pueden producirse
algún tiempo después de la exposición al monóxido de carbono y pueden durar
meses o años:
·
El
monóxido de carbono puede afectar al corazón y causar daño al sistema nervioso.
·
Riesgo
durante el embarazo de efectos adversos para el feto.
Fumar
aumenta su exposición al monóxido de carbono, ya que puede causar enfermedades
cardíacas, así como cáncer de pulmón, enfisema y otros problemas respiratorios,
puede agravar las afecciones respiratorias causadas por la exposición química.
Aunque lleve mucho tiempo fumando, si deja de fumar hoy su riesgo de sufrir
problemas de salud será reducido.
La
exposición diaria a 34,4 mg/m3 (30 ppm) de monóxido de carbono es equivalente
a fumar 20 cigarrillos al día.
En
aparcamientos subterráneos y de varios pisos, en túneles de carretera y otros
varios microambientes de interior, en los cuales los motores de combustión son
usados en condiciones de la ventilación insuficiente, los niveles medios del
monóxido de carbono pueden elevarse por encima de 115 mg/m3 (100 ppm) durante
varias horas, con valores pico que pueden ser mucho más altos.
En casas
con aplicaciones de gas, se han medido concentraciones de monóxido de carbono
máximas de hasta 60-115 mg/m3 (52-100 ppm). El humo de tabaco ambiental en
viviendas, oficinas, vehículos y restaurantes puede levantar la concentración
de monóxido de carbono media de 8 horas a 23-46 mg/m3 (20-40 ppm).
Para
proteger grupos de no fumadores, personas ancianas y de mediana con enfermedad
de las arterias coronarias, documentada o latente, de ataques cardíacos
isquémicos agudos, y proteger los fetos de mujeres embarazadas no fumadoras de
efectos hipóxicos perjudiciales, no debería excederse un nivel de
carboxihemoglobina del 2,5 %.
Las
siguientes directrices han sido determinadas de tal modo que no se exceda el
nivel carboxihemoglobina del 2.5 %, aun cuando un sujeto normal realice
ejercicio ligero o moderado:
·
100 mg/m3
(≈ 90 ppm) durante 15 minutos
·
60 mg/m3
(≈ 50 ppm) durante 30 minutos
·
30 mg/m3
(≈ 25 ppm) durante 1 hora
·
10 mg/m3
(≈ 10 ppm) durante 8 horas
En el siguiente cuadro se puede observar los efectos del
monóxido de carbono sobre la salud.
Bibliografía
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