lunes, 12 de diciembre de 2022

Micro y Nanoplásticos. Parte IV. Aspectos de Calidad e Inocuidad Alimentaria



En este cuarto y ultimo video hablaremos sobre los Micro y Nanoplásticos, Aspectos de Calidad e Inocuidad Alimentaria, las fuentes de micro y nanoplásticos en el ambiente, aspectos relativos a calidad e inocuidad alimentaria y su presencia en los alimentos. Algunos aspectos de toxicidad asociada a los micro y nanoplásticos y la importancia de la ventilación en la inocuidad alimentaria.

Aquí se muestra el enlace del video:

https://youtu.be/loWi2c-ab-s

 


 

sábado, 3 de diciembre de 2022

Micro y Nanoplásticos. Aspectos de Seguridad y Salud


 

En este tercer video presentaremos el tema sobre Micro y Nanoplásticos. Aspectos de Seguridad y Salud, donde hablaremos sobre medio ambiente y ambiente interno, el material particulado en la atmósfera, el material particulado en el ambiente de trabajo, la exposición al material particulado, el material particulado como un factor de riesgo, los micro y nanoplásticos en el ambiente interno, los efectos a la salud de los micro y nanoplásticos y los métodos de control

 

A continuación el enlace del video

 

https://youtu.be/mVBrrtLtooo

viernes, 25 de noviembre de 2022

Micro y nanoplásticos, Aspectos Ambientales


 

Micro y nanoplásticos. Aspectos ambientales

 

En este segundo video vamos a hablar sobre la producción de plástico en el mundo, la proyección sobre el manejo de residuos plásticos, el reciclaje de plásticos, los plásticos como contaminantes y el impacto ambiental de los mismos.

También vamos a hablar sobre la presencia de micro y nanoplásticos en el ambiente, la interacción de micro y nanoplásticos con la biota, la ecotoxicidad de micro y nanoplásticos y las tecnologías para la remoción de microplásticos en el agua.

 

https://youtu.be/uusI73A3l34

 

martes, 22 de noviembre de 2022

¿Que son los micro y nanoplásticos?

 


¿Que son los micro y nanoplásticos?

En este primer video hablaremos sobre aspectos fundamentales de los micro y nanoplásticos como son, las transformaciones que sufren los plásticos en el ambiente, la formación de micro y nanoplásticos, la clasificación y formas de los micro y nanoplásticos y la caracterización de los mismos.
Aquí tienen el enlace



lunes, 31 de octubre de 2022

El nuevo condimento de nuestras comidas: El plástico que comemos.


 

El nuevo condimento de nuestras comidas: El plástico que comemos.

 

Los plásticos son macromoléculas químicas sintéticas que tienen la propiedad de ser maleables y por tanto pueden ser moldeados en objetos sólidos de diversas formas. Estas macromoléculas, también conocidas como polímeros, están constituidas por unidades conocidas como monómeros. Pueden estar formadas por un solo tipo de monómero (homopolímeros) o varios tipos de monómeros (copolímeros).

 

Una vez formado el polímero se comercializa en forma de pequeños granos o pellets, los cuales son la materia prima para la fabricación de una infinidad de artículos.

 

El proceso consiste en la fundición de los pellets a los cuales se les puede añadir algunos aditivos como colorantes, plastificantes, sólidos como carbonato de calcio, etc. Esta masa fundida es extruida, moldeada o soplada para formar diversos artículos.

 

Una vez usado el artículo, algunos de un solo uso como son las botellas plásticas, son descartados y forma parte de los residuos sólidos urbanos. El manejo inadecuado que hacemos de estos residuos y la baja tasa de reciclaje ha permitido que los materiales plásticos sean contaminantes de suelos, aguas e inclusive el aire.

 

Estos materiales plásticos expuestos a las condiciones ambientales pueden sufrir fragmentación por cambios de tipo físico (cambios de temperatura, erosión) y/o de tipo químico (fotooxidación) por lo cual se observan en la naturaleza fragmentos de distintas formas (pellets, fibras, etc).

 

El volumen de materiales plásticos arrojados al mar ha conducido a que se forme un “continente de plástico” en el Océano Pacífico

 

Cada segundo se arrojan más de 200 kilos de plástico a los mares y océanos. El 70% se va al fondo marino y el 15% se queda flotando.

Tipos de plásticos

 

Entre los plásticos más usados se encuentran el polietilen tereftalato (PET), polietileno de alta densidad (HDPE), polietileno de baja densidad (LDPE), cloruro de polivinilo (PVC), polipropileno (PP), poliestireno (PS), policarbonato (PC). Esta diversidad permite diversos usos y algunos de ellos son fácilmente reciclables y se les asigna un código de acuerdo a su capacidad de reciclaje.

 Es bien sabido que millones de toneladas de plástico van a parar a los océanos cada año, causando un grave impacto negativo sobre la fauna que lo ingiere y el medio ambiente. Lo que no se conoce, con tanto detalle, es la cantidad y toxicidad de parte de este plástico que, como parte de la cadena trófica, los humanos también ingerimos.

 Degradación de los plásticos

 Los plásticos en el ambiente sufren procesos de degradación física, química y biológica. En la Gráfica se muestra los procesos de degradación del plástico hasta formar fragmentos de diversos tamaños, conocidos como microplásticos. El nivel de degradación puede llegar al nivel de macromoléculas solubles las cuales pueden ser mineralizadas en el medio.


Micro y nanoplásticos

 

Los microplásticos generalmente se consideran residuos con tamaño por debajo de los 5 mm y son el resultado de la fragmentación de objetos plásticos mayores, asi como de la liberación directa de pequeñas partículas de plástico en las actividades humanas. Sin embargo, en comparación con el límite del tamaño superior, hay mucho menos acuerdo sobre el límite inferior. Algunos estudios se refieren a límites de 1 mm, 1 µm o incluso 100 nm para partículas microplásticas.(4)

 

Las partículas de plástico con tamaños típicamente menores a unos pocos micrómetros se clasifican a veces como "nanoplásticos". Por ejemplo, la EFSA define como nanoplásticos a las partículas con un tamaño entre 1 y 100 nm. Los nanoplásticos pueden producirse por degradación de los microplásticos o pueden liberarse directamente de fuentes domésticas e industriales. En este sentido, la CE propone clasificar de forma estandarizada las partículas de plástico no sólo por su tamaño, sino también por su forma y el material del que están hechas. 

La información sobre la forma de la partícula no solo aporta datos sobre los tamaños sino que puede ayudar a identificar el origen de los micro y nanoplásticos detectados. Por ejemplo, se estima que en las muestras de agua del mar y de playa hay cinco veces más de fibras que de partículas con otras formas. En el entorno marino las fibras pueden alcanzar concentraciones de hasta miles por metro cúbico de agua. Se piensa que su origen puede el lavado doméstico de prendas textiles. (4)

  También la información sobre la composición química de las partículas es relevante, pues nos aporta datos sobre su posible toxicidad y carga microbiana.  La cantidad de sustancias y microorganismos que pueden estar contenidos en las partículas plásticas provenientes de diferentes sectores industriales y domésticos es bastante alta.  Aparte, hemos de tener en cuenta que la lista de polímeros plásticos con potencial tóxico encontrados en partículas microplásticas y nanoplásticas es muy abundante, incluyendo polyester (PCT), polypropylene (PP), cloruro de polivinilo (PVC), poliestireno (PS), Teflon, nylon 6.6, polietileno (PE), Tereftalato de polietileno (PET), resina de estireno acrilonitrilo (SAN) o el poli (metacrilato de n-butilo) (PBMA).(4)

 Los micro y nanoplásticos en la cadena trófica

 Estos micro y nanoplásticos pueden, en principio, formar parte de la dieta de los organismos base de la cadena alimentaria y producer bioacumulación en las especies superiores de la cadena trófica

 Actualmente se considera que los micro y nanoplásticos son ubicuos en el ambiente. Se los puede encontrar en el aire interior y exterior, en el agua, los sedimentos y los organismos terrestres y acuáticos. Sus fuentes principales son diversas pero en gran parte provienen de plásticos de un solo uso, textiles, cosméticos, artes de pesca, pinturas, polvo urbano, neumáticos y procesos de la agricultura e industria.(4)

         Los micro y nanoplásticos tienen la capacidad de traspasar las plantas de tratamiento de aguas residuales, que no están diseñadas para retenerlos. En consecuencia, se acumulan en puntos con mayor densidad de población y su distribución está influenciada por los movimientos del agua (corrientes marinas) y el aire (vientos). En particular los océanos acumulan los plásticos, siendo su reservorio final y, por consiguiente, la flora y fauna del océano están especialmente expuestas.(4)

 

En comparación, en los productos alimenticios solo se han encontrado por el momento cantidades pequeñas de partículas de plástico, sin embargo existe una gran variabilidad en el riesgo de exposición. Algunos estudios han estimado la exposición humana anual a los microplásticos causados por el consumo de mejillones, considerados potencialmente como los alimentos más contaminados por estas partículas. Según uno de esos estudios, los resultados variaron de 123 partículas microplásticas/ año / cápita en el Reino Unido a 4.620 partículas / año / cápita en Bélgica, Francia o España, donde el consumo de mariscos es mayor. Un estudio de la EFSA también estima que una porción de 225 g de mejillones chinos conduciría a la ingestión de 900 partículas de plástico. Considerando una porción por mes durante un año, el consumo aumentaría a 10,800 partículas / año / cápita. Por lo tanto, la variabilidad del número de partículas / año / cápita es alta, dependiendo del país y los hábitos nutricionales. Otro producto que se ve afectado especialmente afectado es la sal. Un estudio realizado para conocder la exposición anual a microplásticos en sales en España, estimó hasta 510 partículas / año / cápita, utilizando la dosis diaria máxima de sal recomendada por la OCDE (5 g de sal por día). Sin embargo, la dosis diaria recomendada no refleja necesariamente el consumo real de esos productos. En el mismo estudio se intentó sumar el consumo promedio de micropartículas por consumidor, con resultados que indicaron una ingestión de más de 5 800 partículas / año / cápita, considerando conjuntamente las contribuciones de la sal (que aportó el 3% del total de partículas), cerveza (9%) y el agua embotellada (88%). (4)

 

Evaluación del riesgo en la cadena alimentaria

 

Una hipotética amenaza para la salud humana debida a los microplásticos puede ocurrir a través de su ingesta en la cadena alimentaria. Los alimentos que consumimos pueden estar contaminados por microplásticos, ya sea por una exposición directa en el medio ambiente o por transferencia de los microplásticos en la cadena trófica entre depredadores y presas, en especies comestibles.El impacto en la salud humana puede deberse a la naturaleza físico-quimica de los micro/nanoplásticos y al potencial daño tisular que pueden causar, pero también al hecho de que podrían ser portadores de sustancias químicas y microorganismos potencialmente tóxicos.

Sin embargo, la CE considera que solo se podrá realizar una evaluación de riesgos efectiva cuando se disponga de datos concluyentes sobre la exposición humana. Por el momento, se han registrado datos de 201 especies comestibles (200 marinas y 1 terrestre) consideradas como afectadas por la presencia de micro/nanoplásticos. En el caso de la mayoría de las especies marinas, la contaminación puede explicarse por ingestión directa y por transferencia trófica, que, dada la persistencia del plástico, puede producir una acumulación biológica, con mayor nivel de concentración cuanto más elevado es el nivel trófico. Si bien en muchas especies las partículas plásticas son eliminadas con el tracto digestivo antes de ser consumidas, otras como los bivalvos o pescados pequeños se consumen enteros y pueden ser una fuente de contaminación en la dieta humana. (4)

 

En 2016, la EFSA publicó un informe sobre la presencia de microplásticos y nanoplásticos en los alimentos, con un enfoque particular en los productos del mar. Este informe indica que el mejillón común (M. edulis), cultivado para el consumo humano, puede ingerir partículas microplásticas con tamaños que varían de 2 µm a 10 µm.  El informe también describe que los microplásticos en bivalvos, camarones y peces pueden alcanzar concentraciones promedio de 0.2 a 4 micropartículas/g, 0.75 partículas/g y 1-7 partículas/g, respectivamente. Actualmente, los únicos estudios sobre la contaminación por microplásticos en los productos alimenticios se refieren a la miel, el azúcar, la sal, la cerveza, el agua embotellada y las sardinas en lata. (4)  

 

Posibles riesgos a la salud

 

El trabajo de Ragusa y col (6) muestra la determinación y caracterización por espectroscopía Raman de microplásticos en leche materna. Los investigadores no encontraron diferencias estadísticas significativas con respecto al consumo de productos marinos, productos de higiene personal usados y consumo en botellas plásticas en la población estudiada y plantean como otra posible fuente la inhalación de estas partículas.

 

Otro aspecto importante a considerar es que los micro/nanoplásticos puedan actuar como  vectores de “contaminantes orgánicos persistentes” (POP, acrónimo en inglés) e incrementarían las tasas de bioacumulación de POP en la cadena trófica.(7)

 

Los microplásticos pueden contener hasta un promedio de un 4% de aditivos y pueden adsorber contaminantes. Tanto los contaminantes como los aditivos pueden ser de naturaleza orgánica o inorgánica. Los principales aditivos plásticos y contaminantes adsorbidos para los que se cuenta con información incluyen ftalatos, Bisfenol A (BPA), difenil éteres polibromados, Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAP) y bifenilos policlorados (PCB). La información sobre metales es escasa y no existen datos sobre otros contaminantes químicos.(8)

 

Los micro/nanoplásticos han alcanzado todos los ecosistemas y se pueden considerar como un contaminante emergente en la atmósfera.  Por lo tanto la inhalación de estas micropartículas es otra fuente de ingreso al organismo.

 

Conclusiones

 La escasa información que existe en torno a la presencia de microplásticos y nanoplásticos en los alimentos, y en particular para las partículas de menor tamaño (< 150 µm), así como de su adsorción por el organismo, de su toxicidad y del efecto del procesado, la principal medida es el fomento de la investigación en todas estas áreas detalladas. Del mismo modo, es necesaria la estandarización de la metodología para mejorar la vigilancia de estas micro y nanopartículas en los alimentos. (8)

 

·   No existen contenidos máximos legislados sobre microplásticos y nanoplásticos como contaminantes en los alimentos, aunque existe una amplia gama de políticas y legislación de la UE con respecto a los plásticos. (8)

 

·         Con la información y datos actualmente disponibles no hay base suficiente para caracterizar la potencial toxicidad de los microplásticos en humanos. Los potenciales efectos de los microplásticos en la salud de los consumidores son aún desconocidos y precisan de más investigación. La carencia de un amplio conocimiento sobre la toxicocinética y toxicodinamia de estos contaminantes y de sus efectos sobre la salud impide efectuar una sólida caracterización del riesgo si bien muchos autores anticipan que el riesgo derivado de la exposición dietética a plásticos y derivados es bajo. A pesar de ello, la publicación de estudios experimentales y epidemiológicos que asocian la exposición prolongada a muy pequeñas dosis con efectos adversos mantiene viva esta creciente preocupación de la comunidad científica por la exposición dietética a los plásticos y sus aditivos. Se concluye que los niveles de exposición dietética totales a plásticos, microplásticos y nanoplásticos no pueden ser aún estimados y la caracterización del riesgo no puede concluirse si bien se sugiere que la investigación futura sobre estos contaminantes alimentarios aporte soluciones innovadoras que implementen medidas de mitigación/minimización de la exposición dietética del hombre al tiempo que la regulación de niveles máximos de sus principales moléculas en las distintas fuentes alimentarias. (10)

 

Bibliografía

(1)(1) https://www.fundacionaquae.org/mar-de-plastico-el-80-de-la-basura-en-el-mar-es-plastico/

(2)(2)  https://plasticoceans.org/7-tipos-de-plastico-mas-comunes/

(3)(3)  https://degradable.com.pe/wp-content/uploads/2021/04/2.07-UNE-CEN-TR_15351-2008-2.pdf

(4)(4) https://higieneambiental.com/higiene-alimentaria/el-plastico-que-comemos

(5)(5) https://pubs.acs.org/doi/full/10.1021/acs.est.0c02305

(6)(6) https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9269371/

(7)(7) https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0165993618305661

(8)(8) https://seguridadalimentaria.elika.eus/fichas-de-peligros/micro-y-nanoplasticos/

(9)(9) https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969720352050

(1)10) www.aesan.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/seguridad_alimentaria/evaluacion_riesgos/PLASTICOS_ALIMENTOS.pdf

 

 

 

jueves, 11 de febrero de 2021

Los nanoplásticos alteran el microbioma intestinal

 




Los nanoplásticos alteran el microbioma intestinal

Los efectos de la exposición extensa y a largo plazo a los nanoplásticos observados en modelos animales podrían ser aplicables a los humanos, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales

Vivimos en un mundo invadido por el plástico. Su versatilidad y estabilidad química lo han convertido en un producto muy rentable, ampliamente utilizado en numerosos procesos de producción, pero a la vez también en un contaminante y, por todo ello, de controvertida legislación. Al descomponerse en diminutas nanopartículas, los plásticos entran con facilidad en la cadena alimentaria, están presentes en el agua que bebemos, en el aire que respiramos y en casi todo lo que tocamos, por lo que la entrada de nanoplásticos en nuestro organismo puede llegar a alterar nuestro metabolismo y provocar efectos no deseados sobre la salud.

Un estudio de revisión liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el CREAF publicado en la revista Science Bulletin constata que los nanoplásticos afectan a la composición, diversidad y funcionalidad del microbioma intestinal, tanto en organismos vertebrados como en invertebrados. Adjuntamos enlace al artículo original.

Cuando se modifica la composición del microbioma intestinal, en situaciones de exposición reiterada y persistente a nanoplásticos, surgen alteraciones en los sistemas inmunitario, endocrino y nervioso. Debido a esto, el estudio alerta de que el estrés en el microbioma intestinal podría afectar a la salud, aunque aún no se conocen suficiente los mecanismos fisiológicos concretos de estas alteraciones en la especie humana.

Los efectos sobre la salud de la exposición a nanoplásticos se han evaluado tradicionalmente en especies acuáticas de moluscos, crustáceos y peces. Los análisis in vitro recientes, utilizando cultivos celulares de peces y mamíferos, han permitido analizar los cambios asociados a la presencia de nanoplásticos en la expresión genética desde el punto de vista de la toxicología.

La mayoría de vías neurológicas, endocrinas e inmunológicas de estos vertebrados son muy similares a las humanas, por lo que los autores alertan de que algunos de los efectos observados en estos modelos podrían aplicarse también a los humanos. Conocer y analizar el proceso mediante el cual los fragmentos de plásticos penetran en el organismo y lo dañan es fundamental, pero también lo es determinar de manera precisa la cantidad y tipologías de nanoplásticos diseminados en el medio.

Por ello los investigadores remarcan no solo la necesidad de seguir estudiando los mecanismos y efectos concretos en modelos celulares humanos, sino también la unificación de las metodologías de análisis para llevar a cabo una correcta medición de la cantidad de nanoplásticos presente en los distintos ecosistemas.

Mariana Teles, investigadora de la UAB, junto a otros investigadores como Josep Peñuelas, profesor del CSIC en el CREAF, comenta “el artículo no pretende generar alarmismo, pero sí busca advertir de que el plástico está presente en casi todo lo que nos rodea, no se degrada y nos exponemos a él de forma continua. En estos momentos, solo podemos especular sobre sus efectos a largo plazo en la salud humana, pero ya existen indicios de varios estudios que describen alteraciones hormonales e inmunes en peces expuestos a nanoplásticos que podrían aplicarse en humanos”.

Invasivo y tóxico  

El artículo presenta las principales fuentes ambientales mediante las cuales los nanoplásticos llegan al cuerpo humano y resume cómo son capaces de penetrar en el cuerpo humano: ingiriéndolos, inhalándolos ocasionalmente o, muy raramente, incorporándolos por contacto con la piel.

Una vez ingeridos, hasta el 90% de los fragmentos de plástico que alcanzan el intestino serán excretados. Sin embargo, una parte se fragmentará en nanoplásticos, capaces, debido a su pequeño tamaño y propiedades moleculares, de penetrar en las células y causar efectos dañinos.

El estudio constata que se han descrito alteraciones en la absorción de nutrientes, reacciones inflamatorias en el revestimiento intestinal, cambios en la composición y funcionalidad del microbioma intestinal, efectos sobre el metabolismo y la capacidad de producir energía del cuerpo, y por último, alteraciones en las respuestas inmunitarias. 

En el trabajo se alerta sobre la posibilidad de que una exposición a nanoplásticos a largo plazo, acumulada generación tras generación, pueda dar lugar a cambios impredecibles hasta en el mismo genoma, como se ha observado en algunos modelos animales.

Uso responsable 

El artículo de revisión reconoce que se están probando diferentes técnicas para eliminar los nanoplásticos del agua, como son la filtración, la centrifugación y floculación con lastre de las aguas residuales, o los tratamientos de aguas pluviales. Aunque los resultados son prometedores, se limitan a partículas de plástico más grandes y, por lo tanto, hasta la fecha, no existe una solución eficaz para eliminar los nanoplásticos del ambiente.

“Para resolver el problema de la contaminación plástica, las rutinas humanas deben cambiar y las políticas deben basarse en decisiones informadas sobre los riesgos conocidos y las alternativas disponibles. Las acciones individuales como el uso de productos más respetuosos con el medio ambiente y el aumento de las tasas de reciclaje son acciones importantes”, comenta Mariana Teles.

“Las autoridades pueden promover estas acciones proambientales a través de estímulos económicos, en forma de beneficios fiscales para la reutilización de los plásticos como materia prima para las industrias, así como en las estrategias de devolución de depósitos de los consumidores para envases”, recomiendan los investigadores.

Fuente: Agencia Sinc

https://www.prevencionintegral.com/actualidad/noticias/2020/12/30/nanoplasticos-alteran-microbioma-intestinal?utm_source=cerpie&utm_medium=email&utm_campaign=flash_05_02_2021


lunes, 28 de diciembre de 2020

Una tecnología para revertir el cambio climático


 

El cambio climático es uno de los problemas más apremiantes y complejos de nuestros tiempos. Para preservar el ecosistema de nuestro planeta, en los próximos diez años debemos reducir radicalmente las emisiones netas de dióxido de carbono y, al mismo tiempo, seguir sustentando una población en crecimiento.

En el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático queda claro que para alcanzar esos objetivos será necesario combinar la reducción de las emisiones con la búsqueda de sistemas para eliminar el dióxido de carbono presente en la atmósfera. Por consiguiente, la captura y el almacenamiento de carbono constituyen una parte esencial de la estrategia de todo país orientada a lograr una huella de carbono cero.

Gran parte de la tecnología para la captura y el almacenamiento de carbono existe desde hace decenios. Un ejemplo es la captura directa de aire, pero el problema siempre ha sido encontrar una solución que pueda aplicarse a gran escala.

Climeworks ha desarrollado plantas que aplican esa tecnología a gran escala gracias a un sistema modular de colectores de CO2. Esos colectores, cada uno del tamaño de un automóvil pequeño, pueden apilarse en distintas configuraciones para crear una planta de tamaño variable capaz de extraer el CO2 del aire ambiente.

Para eliminar el CO2, unos ventiladores aspiran el aire hacia la planta, donde un material filtrante de gran selectividad retiene el CO2 junto con la humedad del aire. Una vez que el filtro se satura de CO2, se calienta a unos 100 °C, con lo que se rompe la unión entre el filtro y el CO2, el cual es liberado y recogido en forma de gas CO2 concentrado.


El aire exento de CO2 se libera de nuevo a la atmósfera, y este ciclo continuo puede empezar de nuevo. El filtro se reutiliza muchas veces y dura varios miles de ciclos. Posteriormente, ese CO2 puede venderse para elaborar bebidas gaseosas, combustibles neutros en carbono o fertilizantes. También puede almacenarse bajo tierra, inyectando una mezcla de CO2 y agua en determinadas formaciones rocosas, en las que el CO2 se petrifica, gracias a una reacción química, mediante el procedimiento CarbFix.


Para ese procedimiento solo se necesita una fuente de energía renovable y, en caso de que no se opte por la venta del CO2, un emplazamiento geológico adecuado para almacenarlo.

 Actualmente, las plantas de Climeworks tienen una eficiencia del 90%, ya que emiten 10 kg de CO2 por cada 100 kg retirados de la atmósfera. El objetivo es aumentar ese porcentaje hasta el 96% mediante una mayor innovación.

 

Material tomado de:

https://www.wipo.int/ip-outreach/es/ipday/2020/case-studies/climeworks.html