domingo, 25 de agosto de 2019

Factores de riesgo físico/químico en el ambiente laboral Exposición a polvo



Factores de riesgo físico/químico en el ambiente laboral
Exposición a polvo

Cuando se habla de polvo, se suele hacer referencia a los sólidos que han sido originados por la subdivisión mecánica de un material en partículas más pequeñas conservando su composición química y siendo transportadas por el aire. También se pueden definir como pequeñas partículas sólidas con un diámetro inferior a 75 μm que se depositan por su propio peso pero que pueden permanecer en suspensión durante algún tiempo

La exposición ocupacional a partículas suspendidas en el aire es muy corriente y suele entrañar riesgos para la salud humana. La impresión visual de estas partículas puede a menudo ser engañosa; en efecto, las finas partículas causantes de muchas enfermedades pulmonares profesionales son menos perceptibles que el polvo espeso, que puede ser sólo una molestia. De igual manera, hay nubes de polvo con la misma apariencia, que pueden tener distintos efectos en la salud según la toxicidad de sus componentes.

El análisis cualitativo puede revelar que las partículas de polvo aparentemente inertes pueden contener cantidades mínimas de una sustancia tóxica. Además, algunas partículas en suspensión consideradas como inertes o como simples “molestias” pueden llegar a tener actividad química o biológica cuando permanecen durante muchos años en el pulmón humano. Es por ello que la exposición laboral a polvo puede ser considerada como la exposición a un factor de riesgo físico, cuando el material es inerte, un factor de riesgo químico cuando es un producto químico en forma de polvo o una combinación de ambas.

El comportamiento de las partículas en el aire y en el cuerpo humano depende de las propiedades físicas y químicas que éstas tengan. El tamaño, la densidad y la forma de las partículas son de la máxima importancia como factores que influyen, no sólo en la velocidad de sedimentación, y por consiguiente, en el tiempo de permanencia en el aire, sino también su penetración y acumulación en el sistema respiratorio. Los efectos nocivos de las partículas, cuando los hay, depende también de la composición química y mineralógica, la solubilidad y la actividad biológica de éstas.

En general, se considera el tamaño de las partículas como la característica física más importante del material en suspensión. El polvo se puede caracterizar mediante la discriminación del tamaño de sus partículas que pueden depositarse a lo largo del tracto respiratorio e incluso las más pequeñas en la zona alveolar. La proporción real de polvo que una persona puede inhalar depende también de otros factores como son la velocidad y dirección del aire próximo a la persona, la cadencia respiratoria y de si la inhalación se realiza a través de la nariz o de la boca.


1. Partículas y fibras
                    
Es importante diferenciar entre partículas y fibras. Cuando hablamos del tamaño de partículas nos referimos al diámetro aerodinámico, es decir el diámetro de giro de la partícula. La diferencia entre partículas y fibras estriba en la relación diámetro largo. En las fibras la relación diámetro largo es menor a un 1/3 de la longitud.

En la siguiente figura se puede observar la diferencia entre fibras y partículas



2. Clasificación de partículas según el tamaño.
Cuando se habla de exposición a partículas de polvo se entiende que esas partículas tienen una determinada distribución de tamaño. Las partículas de mayor tamaño (>30µ) son retenidas en el tracto respiratorio superior. Durante la respiración nasal, las partículas se depositan en la nariz mediante filtración por los pelos nasales y por impactación donde el flujo de aire cambia de dirección. Una vez depositadas, la retención es ayudada por el moco, que recubre la nariz. La mayoría de las partículas queda retenida en la zona naso-bucal o se depositan en la tráquea o los bronquios, donde son eliminadas por expectoración La vía nasal es un filtro de partículas más eficiente que el oral. Por lo tanto, las personas que respiran normalmente por la boca, es de esperar que tengan más partículas que alcanzan el pulmón que los que respiran completamente a través de la nariz.
Las partículas más finas (10µ<) pueden penetrar al tracto respiratorio inferior pudiendo llegar a los alveolos de dependiendo de su tamaño. Las partículas que llegan a los alveolos se denominan fracción respirable. Partículas como la sílice o el carbón, al acumularse en el tejido pulmonar, pueden dar lugar a la formación de tejido fibroso reduciendo la capacidad de intercambio de gases y provocando las denominadas neumoconiosis.

En la siguiente imagen se puede observar la capacidad de penetración de las partículas en el tracto respiratorio de acuerdo a su tamaño.



3. Polvo total y respirable

Para el higienista ocupacional, las partículas de mayor interés están limitadas a aquellas que tienen un diámetro aerodinámico inferior a las 10 micras. La definición de polvo total o partículas inhalables es aquella fracción retenida en un filtro de PVC de 5µ de diámetro de poro de acuerdo al método NIOSH 0500 y las normas Covenin 2252 y 2253. La definición de polvo respirable o partículas respirables es aquella fracción mayor de 5µ y menor de 10µ de acuerdo al método NIOSH 0600 y las normas Covenin 2252 y 2253. Esta fracción se determina por medio de la utilización de equipos (ciclones) que separan las partículas totales de las partículas con un diámetro inferior a las 10 micras. Estos equipos se utilizan para la determinación de polvos o partículas respirables.

En la siguiente imagen se puede observar la comparación del tamaño de una partícula de polvo (2,5 y 10µ) con respecto al diámetro de un cabello



En la imagen siguiente se puede apreciar la clasificación de polvo total y respirable.



La Unión Europea establece una metodología (Convenio UNE EN 481) que permite relacionar los diferentes tamaños representados por los diámetros aerodinámicos con las fracciones o porcentajes del aerosol total que han de ser recogidas y que son, en definitiva, fracciones que penetran en condiciones medias en las distintas regiones del tracto respiratorio. Permitiendo poder comparar la concentración másica de las fracciones del aerosol con los Valores Límites Ambientales establecidos.
Para la determinación de qué partículas conforman la fracción másica respirable, se aplica una función de probabilidad definida en la norma EN481 con base al diámetro aerodinámico de las partículas. Definiendo el diámetro aerodinámico de una partícula como el diámetro una partícula esférica, de 1 g/cm3 de densidad, y que tiene la misma velocidad terminal de sedimentación en el aire que la partícula de interés. La fracción respirable (ER) corresponde a una distribución logarítmica normal acumulativa con una mediana de 4,25 μm y una desviación típica geométrica de 1,5.

La clasificación que ofrece el Convenio UNE EN 481, divide el polvo en tres fracciones que dependen del tamaño de partícula (propiedad decisiva en la velocidad de sedimentación):

a) Fracción inhalable: Es la fracción másica del aerosol total que se inhala a través de la nariz y la boca. En la definición de fracción inhalable no considera los tamaños superiores a 100 µm ni las velocidades de viento mayores a los 4 m/s. En estos casos se interrumpe bruscamente y el convenio considera que puede subestimarse la fracción de partículas más grandes que se inhalan.

b) Fracción torácica: Es la fracción másica que penetra más allá de la laringe.

c) Fracción respirable: Es la fracción másica de las partículas inhaladas que penetran las vías respiratorias no ciliadas.

El lugar de depósito es fundamental en el caso de las partículas insolubles ya que determina donde se produce el efecto y la fracción de interés. La composición del polvo puede variar según la tipología de las partículas y los efectos en la salud pueden ser de distinta índole.
En la siguiente figura se puede observar la relación de tamaño de las distintas fracciones.


4. Metodologías para la determinación de polvo total y respirable
En líneas generales el método de evaluación de polvos totales consiste en cuantificar el peso de partículas totales retenidas en un filtro de PVC (de 5 µm de diámetro de poro y 37 mm de diámetro) y determinar su concentración (expresada en mg/m3 de aire aspirado). Para ello se pesa el filtro antes y después de realizada la evaluación. La diferencia de peso obtenida, dividida entre el volumen de aire aspirado, expresado en metros cúbicos, es la concentración de polvos totales.

El método de evaluación de polvos respirables es similar al de polvos totales con la excepción que se utiliza un equipo, denominado ciclón, que permite separar las partículas mayores de 10 micras, permitiendo que en el filtro se retengan solamente las partículas menores a 10 micras, denominada fracción de polvos respirables.    

Esto se expresa matemáticamente de la siguiente forma:

Concentración de polvo (mg/m3) = mg de polvo total o respirable / m3 de aire aspirado

Es decir:       Concentración (mg/m3) = Peso (mg) / Volumen (m3)

Para el ajuste y verificación del caudal de las bombas se puede utilizar un calibrador digital de burbuja.  La bomba de aire a ser calibrada se conecta al calibrador y se hace pasar aire a través del tubo de vidrio del calibrador donde una burbuja plana de jabón (película) se interpone en el camino del flujo. El flujo de aire provoca que la película se mueva hacia arriba de las marcas de volumen, el tiempo de movimiento de la película es medido por el calibrador. El equipo calcula el flujo usando el tiempo de viaje de la burbuja y el volumen del tubo.

5. Limitaciones de las metodologías

Las limitaciones de las metodologías NIOSH 0500, las normas Covenin 2252/2253 y el Convenio UNE EN 481 se encuentran en la capacidad de retención de partículas de acuerdo al tipo de filtro que utilizan. El uso de un filtro de PVC de 5µ subestima la fracción de polvo respirable menor de 5µ. La metodología del Convenio  UNE EN 481 establece el uso de filtros de fibra de vidrio de 1µ, por lo cual se sigue subestimando la fracción menor a 1µ.
Sin embargo existen en el mercado equipos (impactadores de cascada) que permiten determinar cuantitativamente las fracciones de 2,5, 1, 0,5 y 0,25 µ.
También existen equipos de medición basados en la dispersión de un haz de luz. El equipo mide los efectos de difracción, dispersión y reflexión causada por las partículas de polvo. Estos equipos permiten medir a tiempo real las concentraciones de polvo de diferentes fracciones.

6. Efectos sobre la salud


 Según el tipo de partículas, los efectos sobre la salud pueden ser más o menos graves. No obstante, no hay polvos inocuos; cualquier exposición a polvo supone un riesgo. En general, el polvo provoca irritación de las vías respiratorias y, tras exposiciones repetidas, puede dar lugar a bronquitis crónica. Otros tipos de polvo provocan enfermedades específicas (amianto, sílice, plomo). Hay tipos de polvo que, además, pueden ser explosivos en ambientes confinados (carbón, caucho, aluminio).
Efectos respiratorios

·    Neumoconiosis: silicosis, asbestosis, neumoconiosis de los mineros del carbón, siderosis, aluminosis, beriliosis, etc.
·    Cáncer pulmonar: polvo conteniendo arsénico, cromatos, níquel, amianto, partículas radiactivas, etc.
·    Cáncer nasal: polvo de madera en la fabricación de muebles y polvo de cuero en industrias de calzado.
·    Irritación respiratoria: traqueítis, bronquitis, neumonitis, enfisema y edema pulmonar.
·    Alergia: asma profesional y alveolitis alérgica extrínseca (polvos vegetales y ciertos metales).
·    Bisinosis: enfermedad pulmonar por polvos de algodón, lino o cáñamo.
·    Infección respiratoria: polvos conteniendo hongos, virus o bacterias

Efectos generales

·         Intoxicación: el manganeso, plomo o cadmio pueden pasar a sangre una vez inhalados como partículas.

Otros efectos
·    Lesiones de piel: irritación cutánea y dermatosis (berilio, arsénico, ácido crómico, plásticos, etc.).
·    Conjuntivitis: contacto con ciertos polvos.
·    Riesgo de explosión: las materias orgánicas y metales sólidos pulverulentos, dispersados en el aire en forma de nube, pueden arder con violencia explosiva. Tal es el caso de fábricas de harina, azúcar, piensos, pulido de metales, etc.

En la siguiente figura se puede observar un resumen de los efectos sobre la salud por la inhalación de polvo


7. Bibliografia







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