El cromado es un proceso de galvanizado, que está basado en la electrólisis, y permite la deposición de una capa delgada de cromo metálico sobre objetos metálicos. Se usa mucho en la industria para proteger metales de la corrosión y optimizar su apariencia.
En el proceso se utilizan sales de cromo hexavalente, las cuales forman parte de los efluentes generados en el proceso. El tratamiento está basado en el principio que el cromo hexavalente (Cr+6) no forma hidróxido insoluble pero el trivalente (Cr+3) si lo forma. Por lo tanto, para remover el cromo hexavalente se debe recurrir a una primera etapa de reducción, seguida de una segunda etapa de formación del hidróxido de Cr+3 Finalmente se realiza un proceso de sedimentación y/o filtración para la remoción del Cr+3
En una primera etapa, el objetivo es garantizar que todo el cromo se reduzca al estado Cr+3 . Esta reacción es rápida si se mantiene un pH ácido (pH 2 a 3). Para ello se utilizan compuestos como el anhídrido sulfuroso, SO2, El inconveniente es el uso de gases, es por ello que también se utilizan soluciones de bisulfito de sodio (NaHSO3) o meta-bisulfito de sodio (Na2S2O5).
Luego de la primera reacción, se obtiene un efluente con un pH entre 2 y 3 y todo el cromo en su estado más reducido, Cr+3. La formación del hidróxido de cromo se realiza en un segundo tanque. En este caso, se puede utilizar cal apagada, en la forma Ca(OH)2. La adición de cal al segundo tanque conduce a la formación de hidróxido de cromoy por lo tanto se puede remover del efluente el cromo en forma de hidróxido de Cr+3.
Asesoría a las empresas para su adecuación a las normativas vigentes en materia de ambiente, seguridad y salud laboral. Estudios de calidad ambiental y evaluaciones de puestos de trabajo. Capacitación en las áreas de ambiente, sistemas de gestión, higiene y salud ocupacional.
lunes, 16 de noviembre de 2009
Vapores orgánicos en el ambiente laboral
Se entiende como vapores orgánicos a aquellos compuestos químicos de naturaleza orgánica, es decir que están constituidos por átomos de carbono, que poseen una alta presión de vapor. Esto significa que las concentraciones del compuesto en cuestión, en su fase de vapor son elevadas. Estos compuestos químicos son usualmente conocidos en la industria como solventes.
Los solventes son utilizados en casi todas las industrias, debido a su capacidad de disolver pegamentos, polímeros, tintas, resinas, grasas, aceites, etc. Según su estructura química pueden ser clasificados como alifáticos, cíclicos y aromáticos y según su grupo funcional en halogenados, alcoholes, cetonas, glicoles, esteres, éteres, ácidos carboxílicos, aminas y amidas. Otra clasificación puede estar basada en su polaridad, por ello se habla de compuestos polares (hidrofílicos) y no polares (hidrofóbicos). Como es de suponer, estas clasificaciones son funcionales. Lo importante aquí, desde un punto de vista de salud ocupacional, es cómo puede verse afectada la salud de los trabajadores por la exposición a los vapores orgánicos.
Las vías de penetración de los vapores orgánicos, son generalmente por la vía respiratoria. La toxicidad de los solventes orgánicos está asociada a su estructura química, a sus propiedades hidrofilicas/hidrofobicas y a sus características físico-químicas (volatilidad, punto de ebullición) las cuales condicionan su absorción en el organismo.
Los organismos poseen sistemas catabólicos o de degradación de compuestos extraños o xenobioticos. En el caso del ser humano, la degradación de los xenobioticos ocurre en el hígado a través de enzimas conocidas como oxidasas de función mixta. Los compuestos hidrofóbicos son metabolizados para formar compuestos mas polares que puedan ser excretados a través de la orina.
La determinación de los compuestos o vapores orgánicos en el ambiente laboral se realiza, generalmente, a través de su adsorción en filtros de carbón activado. Se utilizan pequeñas bombas de vacío que permiten colectar un volumen de aire conocido, que se hace pasar a través de estos filtros de carbón. Una vez adsorbido los compuestos orgánicos se desorben y se analizan por distintas técnicas analíticas, siendo la más conocida la cromatografía de gases.
Las concentraciones de estos compuestos, expresadas en partes por millón, se comparan con las concentraciones máximas permitidas en las normativas referentes a la materia.
Los solventes son utilizados en casi todas las industrias, debido a su capacidad de disolver pegamentos, polímeros, tintas, resinas, grasas, aceites, etc. Según su estructura química pueden ser clasificados como alifáticos, cíclicos y aromáticos y según su grupo funcional en halogenados, alcoholes, cetonas, glicoles, esteres, éteres, ácidos carboxílicos, aminas y amidas. Otra clasificación puede estar basada en su polaridad, por ello se habla de compuestos polares (hidrofílicos) y no polares (hidrofóbicos). Como es de suponer, estas clasificaciones son funcionales. Lo importante aquí, desde un punto de vista de salud ocupacional, es cómo puede verse afectada la salud de los trabajadores por la exposición a los vapores orgánicos.
Las vías de penetración de los vapores orgánicos, son generalmente por la vía respiratoria. La toxicidad de los solventes orgánicos está asociada a su estructura química, a sus propiedades hidrofilicas/hidrofobicas y a sus características físico-químicas (volatilidad, punto de ebullición) las cuales condicionan su absorción en el organismo.
Los organismos poseen sistemas catabólicos o de degradación de compuestos extraños o xenobioticos. En el caso del ser humano, la degradación de los xenobioticos ocurre en el hígado a través de enzimas conocidas como oxidasas de función mixta. Los compuestos hidrofóbicos son metabolizados para formar compuestos mas polares que puedan ser excretados a través de la orina.
La determinación de los compuestos o vapores orgánicos en el ambiente laboral se realiza, generalmente, a través de su adsorción en filtros de carbón activado. Se utilizan pequeñas bombas de vacío que permiten colectar un volumen de aire conocido, que se hace pasar a través de estos filtros de carbón. Una vez adsorbido los compuestos orgánicos se desorben y se analizan por distintas técnicas analíticas, siendo la más conocida la cromatografía de gases.
Las concentraciones de estos compuestos, expresadas en partes por millón, se comparan con las concentraciones máximas permitidas en las normativas referentes a la materia.
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