El nuevo condimento de nuestras comidas: El
plástico que comemos.
Los plásticos son macromoléculas químicas sintéticas que tienen la
propiedad de ser maleables y por tanto pueden ser moldeados en objetos sólidos
de diversas formas. Estas macromoléculas, también conocidas como polímeros,
están constituidas por unidades conocidas como monómeros. Pueden estar formadas
por un solo tipo de monómero (homopolímeros) o varios tipos de monómeros (copolímeros).
Una vez formado el polímero se comercializa en forma de pequeños granos o
pellets, los cuales son la materia prima para la fabricación de una infinidad
de artículos.
El proceso consiste en la fundición de los pellets a los cuales se les
puede añadir algunos aditivos como colorantes, plastificantes, sólidos como
carbonato de calcio, etc. Esta masa fundida es extruida, moldeada o soplada
para formar diversos artículos.
Una vez usado el artículo, algunos de un solo uso como son las botellas
plásticas, son descartados y forma parte de los residuos sólidos urbanos. El
manejo inadecuado que hacemos de estos residuos y la baja tasa de reciclaje ha
permitido que los materiales plásticos sean contaminantes de suelos, aguas e
inclusive el aire.
Estos materiales plásticos expuestos a las condiciones ambientales pueden
sufrir fragmentación por cambios de tipo físico (cambios de temperatura,
erosión) y/o de tipo químico (fotooxidación) por lo cual se observan en la
naturaleza fragmentos de distintas formas (pellets, fibras, etc).
El volumen de materiales plásticos arrojados al mar ha conducido a que se
forme un “continente de plástico” en el Océano Pacífico
Cada segundo se arrojan más de 200 kilos de plástico a los mares y océanos. El 70% se va al fondo marino y el 15% se queda flotando.
Tipos de plásticos
Entre los plásticos más usados se encuentran el polietilen tereftalato
(PET), polietileno de alta densidad (HDPE), polietileno de baja densidad
(LDPE), cloruro de polivinilo (PVC), polipropileno (PP), poliestireno (PS),
policarbonato (PC). Esta diversidad permite diversos usos y algunos de ellos
son fácilmente reciclables y se les asigna un código de acuerdo a su capacidad
de reciclaje.
Micro y
nanoplásticos
Los microplásticos generalmente se consideran
residuos con tamaño por debajo de los 5 mm y son el resultado de la
fragmentación de objetos plásticos mayores, asi como de la liberación directa
de pequeñas partículas de plástico en las actividades humanas. Sin
embargo, en comparación con el límite del tamaño superior, hay mucho menos
acuerdo sobre el límite inferior. Algunos estudios se refieren a límites de 1 mm,
1 µm o incluso 100 nm para partículas microplásticas.(4)
Las partículas de plástico con tamaños
típicamente menores a unos pocos micrómetros se clasifican a veces como
"nanoplásticos". Por ejemplo, la EFSA define como nanoplásticos a las
partículas con un tamaño entre 1 y 100 nm. Los nanoplásticos pueden
producirse por degradación de los microplásticos o pueden liberarse
directamente de fuentes domésticas e industriales. En este sentido, la CE
propone clasificar de forma estandarizada las partículas de plástico no sólo
por su tamaño, sino también por su forma y el material del que están
hechas.
La información sobre la forma de la partícula no solo aporta
datos sobre los tamaños sino que puede ayudar a identificar el origen de
los micro y nanoplásticos detectados. Por ejemplo, se estima que en las
muestras de agua del mar y de playa hay cinco veces más de fibras que de
partículas con otras formas. En el entorno marino las fibras pueden alcanzar
concentraciones de hasta miles por metro cúbico de agua. Se piensa que su
origen puede el lavado doméstico de prendas textiles. (4)
En comparación, en los productos alimenticios
solo se han encontrado por el momento cantidades pequeñas de partículas de
plástico, sin embargo existe una gran variabilidad en el riesgo de exposición.
Algunos estudios han estimado la exposición humana anual a los microplásticos
causados por el consumo de mejillones, considerados potencialmente como los
alimentos más contaminados por estas partículas. Según uno de esos estudios,
los resultados variaron de 123 partículas microplásticas/ año / cápita en el
Reino Unido a 4.620 partículas / año / cápita en Bélgica, Francia o España,
donde el consumo de mariscos es mayor. Un estudio de la EFSA también
estima que una porción de 225 g de mejillones chinos conduciría a la
ingestión de 900 partículas de plástico. Considerando una porción por mes durante
un año, el consumo aumentaría a 10,800 partículas / año / cápita. Por lo tanto,
la variabilidad del número de partículas / año / cápita es alta, dependiendo
del país y los hábitos nutricionales. Otro producto que se ve afectado
especialmente afectado es la sal. Un estudio realizado para conocder
la exposición anual a microplásticos en sales en España, estimó
hasta 510 partículas / año / cápita, utilizando la dosis diaria máxima de
sal recomendada por la OCDE (5 g de sal por día). Sin embargo, la dosis diaria
recomendada no refleja necesariamente el consumo real de esos productos. En el
mismo estudio se intentó sumar el consumo promedio de micropartículas por
consumidor, con resultados que indicaron una ingestión de más de 5 800
partículas / año / cápita, considerando conjuntamente las contribuciones de la
sal (que aportó el 3% del total de partículas), cerveza (9%) y el agua
embotellada (88%). (4)
Evaluación del riesgo en la
cadena alimentaria
Una hipotética amenaza para la salud
humana debida a los microplásticos puede ocurrir a través
de su ingesta en la cadena alimentaria. Los alimentos que
consumimos pueden estar contaminados por microplásticos, ya sea por una
exposición directa en el medio ambiente o por transferencia de los microplásticos
en la cadena trófica entre depredadores y presas, en especies
comestibles.El impacto en la salud humana puede deberse a la naturaleza
físico-quimica de los micro/nanoplásticos y al potencial daño tisular que
pueden causar, pero también al hecho de que podrían ser portadores de
sustancias químicas y microorganismos potencialmente tóxicos.
Sin embargo, la CE considera que solo se
podrá realizar una evaluación de riesgos efectiva cuando se
disponga de datos concluyentes sobre la exposición humana. Por el momento,
se han registrado datos de 201 especies comestibles (200 marinas y 1 terrestre)
consideradas como afectadas por la presencia de micro/nanoplásticos. En el
caso de la mayoría de las especies marinas, la contaminación puede
explicarse por ingestión directa y por transferencia trófica, que, dada la
persistencia del plástico, puede producir una acumulación biológica, con mayor
nivel de concentración cuanto más elevado es el nivel trófico. Si bien en
muchas especies las partículas plásticas son eliminadas con el tracto
digestivo antes de ser consumidas, otras como los bivalvos o pescados pequeños
se consumen enteros y pueden ser una fuente de contaminación en la dieta
humana. (4)
En 2016, la EFSA publicó un informe sobre la
presencia de microplásticos y nanoplásticos en los alimentos, con un enfoque
particular en los productos del mar. Este informe indica que el mejillón
común (M. edulis),
cultivado para el consumo humano, puede ingerir partículas microplásticas con
tamaños que varían de 2 µm a 10 µm. El informe también describe que los
microplásticos en bivalvos, camarones y peces pueden alcanzar concentraciones
promedio de 0.2 a 4 micropartículas/g, 0.75 partículas/g y 1-7
partículas/g, respectivamente. Actualmente, los únicos estudios sobre la
contaminación por microplásticos en los productos alimenticios se refieren
a la miel, el azúcar, la sal, la cerveza, el agua embotellada y las
sardinas en lata. (4)
Posibles riesgos a la salud
El trabajo de
Ragusa y col (6) muestra la determinación y caracterización por espectroscopía
Raman de microplásticos en leche materna. Los investigadores no encontraron
diferencias estadísticas significativas con respecto al consumo de productos
marinos, productos de higiene personal usados y consumo en botellas plásticas
en la población estudiada y plantean como otra posible fuente la inhalación de
estas partículas.
Otro aspecto
importante a considerar es que los micro/nanoplásticos puedan actuar como vectores de “contaminantes orgánicos persistentes”
(POP, acrónimo en inglés) e incrementarían las tasas de bioacumulación de POP
en la cadena trófica.(7)
Los
microplásticos pueden contener hasta un promedio de un 4% de aditivos y pueden
adsorber contaminantes. Tanto los contaminantes como los aditivos pueden ser de
naturaleza orgánica o inorgánica. Los principales aditivos plásticos y
contaminantes adsorbidos para los que se cuenta con información incluyen
ftalatos, Bisfenol A (BPA), difenil éteres polibromados, Hidrocarburos
Aromáticos Policíclicos (HAP) y bifenilos policlorados (PCB). La información
sobre metales es escasa y no existen datos sobre otros contaminantes químicos.(8)
Los
micro/nanoplásticos han alcanzado todos los ecosistemas y se pueden considerar
como un contaminante emergente en la atmósfera. Por lo tanto la inhalación de estas
micropartículas es otra fuente de ingreso al organismo.
Conclusiones
La escasa información que existe en torno a la presencia de microplásticos y nanoplásticos en los alimentos, y en particular para las partículas de menor tamaño (< 150 µm), así como de su adsorción por el organismo, de su toxicidad y del efecto del procesado, la principal medida es el fomento de la investigación en todas estas áreas detalladas. Del mismo modo, es necesaria la estandarización de la metodología para mejorar la vigilancia de estas micro y nanopartículas en los alimentos. (8)
· No
existen contenidos máximos legislados sobre microplásticos y nanoplásticos como
contaminantes en los alimentos, aunque existe una amplia gama de políticas y
legislación de la UE con respecto a los plásticos. (8)
·
Con
la información y datos actualmente disponibles no hay base suficiente para
caracterizar la potencial toxicidad de los microplásticos en humanos. Los
potenciales efectos de los microplásticos en la salud de los consumidores son
aún desconocidos y precisan de más investigación. La carencia de un amplio
conocimiento sobre la toxicocinética y toxicodinamia de estos contaminantes y
de sus efectos sobre la salud impide efectuar una sólida caracterización del
riesgo si bien muchos autores anticipan que el riesgo derivado de la exposición
dietética a plásticos y derivados es bajo. A pesar de ello, la publicación de
estudios experimentales y epidemiológicos que asocian la exposición prolongada
a muy pequeñas dosis con efectos adversos mantiene viva esta creciente
preocupación de la comunidad científica por la exposición dietética a los
plásticos y sus aditivos. Se concluye que los niveles de exposición dietética
totales a plásticos, microplásticos y nanoplásticos no pueden ser aún estimados
y la caracterización del riesgo no puede concluirse si bien se sugiere que la
investigación futura sobre estos contaminantes alimentarios aporte soluciones
innovadoras que implementen medidas de mitigación/minimización de la exposición
dietética del hombre al tiempo que la regulación de niveles máximos de sus
principales moléculas en las distintas fuentes alimentarias. (10)
Bibliografía
(1)(1) https://www.fundacionaquae.org/mar-de-plastico-el-80-de-la-basura-en-el-mar-es-plastico/
(2)(2) https://plasticoceans.org/7-tipos-de-plastico-mas-comunes/
(3)(3) https://degradable.com.pe/wp-content/uploads/2021/04/2.07-UNE-CEN-TR_15351-2008-2.pdf
(4)(4) https://higieneambiental.com/higiene-alimentaria/el-plastico-que-comemos
(5)(5) https://pubs.acs.org/doi/full/10.1021/acs.est.0c02305
(6)(6) https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9269371/
(7)(7) https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0165993618305661
(8)(8) https://seguridadalimentaria.elika.eus/fichas-de-peligros/micro-y-nanoplasticos/
(9)(9) https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969720352050