¿Que son los micro y nanoplásticos?
Asesoría a las empresas para su adecuación a las normativas vigentes en materia de ambiente, seguridad y salud laboral. Estudios de calidad ambiental y evaluaciones de puestos de trabajo. Capacitación en las áreas de ambiente, sistemas de gestión, higiene y salud ocupacional.
¿Que son los micro y nanoplásticos?
El nuevo condimento de nuestras comidas: El
plástico que comemos.
Los plásticos son macromoléculas químicas sintéticas que tienen la
propiedad de ser maleables y por tanto pueden ser moldeados en objetos sólidos
de diversas formas. Estas macromoléculas, también conocidas como polímeros,
están constituidas por unidades conocidas como monómeros. Pueden estar formadas
por un solo tipo de monómero (homopolímeros) o varios tipos de monómeros (copolímeros).
Una vez formado el polímero se comercializa en forma de pequeños granos o
pellets, los cuales son la materia prima para la fabricación de una infinidad
de artículos.
El proceso consiste en la fundición de los pellets a los cuales se les
puede añadir algunos aditivos como colorantes, plastificantes, sólidos como
carbonato de calcio, etc. Esta masa fundida es extruida, moldeada o soplada
para formar diversos artículos.
Una vez usado el artículo, algunos de un solo uso como son las botellas
plásticas, son descartados y forma parte de los residuos sólidos urbanos. El
manejo inadecuado que hacemos de estos residuos y la baja tasa de reciclaje ha
permitido que los materiales plásticos sean contaminantes de suelos, aguas e
inclusive el aire.
Estos materiales plásticos expuestos a las condiciones ambientales pueden
sufrir fragmentación por cambios de tipo físico (cambios de temperatura,
erosión) y/o de tipo químico (fotooxidación) por lo cual se observan en la
naturaleza fragmentos de distintas formas (pellets, fibras, etc).
El volumen de materiales plásticos arrojados al mar ha conducido a que se
forme un “continente de plástico” en el Océano Pacífico
Cada segundo se arrojan más de 200 kilos de plástico a los mares y océanos. El 70% se va al fondo marino y el 15% se queda flotando.
Tipos de plásticos
Entre los plásticos más usados se encuentran el polietilen tereftalato
(PET), polietileno de alta densidad (HDPE), polietileno de baja densidad
(LDPE), cloruro de polivinilo (PVC), polipropileno (PP), poliestireno (PS),
policarbonato (PC). Esta diversidad permite diversos usos y algunos de ellos
son fácilmente reciclables y se les asigna un código de acuerdo a su capacidad
de reciclaje.
Micro y
nanoplásticos
Los microplásticos generalmente se consideran
residuos con tamaño por debajo de los 5 mm y son el resultado de la
fragmentación de objetos plásticos mayores, asi como de la liberación directa
de pequeñas partículas de plástico en las actividades humanas. Sin
embargo, en comparación con el límite del tamaño superior, hay mucho menos
acuerdo sobre el límite inferior. Algunos estudios se refieren a límites de 1 mm,
1 µm o incluso 100 nm para partículas microplásticas.(4)
Las partículas de plástico con tamaños
típicamente menores a unos pocos micrómetros se clasifican a veces como
"nanoplásticos". Por ejemplo, la EFSA define como nanoplásticos a las
partículas con un tamaño entre 1 y 100 nm. Los nanoplásticos pueden
producirse por degradación de los microplásticos o pueden liberarse
directamente de fuentes domésticas e industriales. En este sentido, la CE
propone clasificar de forma estandarizada las partículas de plástico no sólo
por su tamaño, sino también por su forma y el material del que están
hechas.
La información sobre la forma de la partícula no solo aporta
datos sobre los tamaños sino que puede ayudar a identificar el origen de
los micro y nanoplásticos detectados. Por ejemplo, se estima que en las
muestras de agua del mar y de playa hay cinco veces más de fibras que de
partículas con otras formas. En el entorno marino las fibras pueden alcanzar
concentraciones de hasta miles por metro cúbico de agua. Se piensa que su
origen puede el lavado doméstico de prendas textiles. (4)
En comparación, en los productos alimenticios
solo se han encontrado por el momento cantidades pequeñas de partículas de
plástico, sin embargo existe una gran variabilidad en el riesgo de exposición.
Algunos estudios han estimado la exposición humana anual a los microplásticos
causados por el consumo de mejillones, considerados potencialmente como los
alimentos más contaminados por estas partículas. Según uno de esos estudios,
los resultados variaron de 123 partículas microplásticas/ año / cápita en el
Reino Unido a 4.620 partículas / año / cápita en Bélgica, Francia o España,
donde el consumo de mariscos es mayor. Un estudio de la EFSA también
estima que una porción de 225 g de mejillones chinos conduciría a la
ingestión de 900 partículas de plástico. Considerando una porción por mes durante
un año, el consumo aumentaría a 10,800 partículas / año / cápita. Por lo tanto,
la variabilidad del número de partículas / año / cápita es alta, dependiendo
del país y los hábitos nutricionales. Otro producto que se ve afectado
especialmente afectado es la sal. Un estudio realizado para conocder
la exposición anual a microplásticos en sales en España, estimó
hasta 510 partículas / año / cápita, utilizando la dosis diaria máxima de
sal recomendada por la OCDE (5 g de sal por día). Sin embargo, la dosis diaria
recomendada no refleja necesariamente el consumo real de esos productos. En el
mismo estudio se intentó sumar el consumo promedio de micropartículas por
consumidor, con resultados que indicaron una ingestión de más de 5 800
partículas / año / cápita, considerando conjuntamente las contribuciones de la
sal (que aportó el 3% del total de partículas), cerveza (9%) y el agua
embotellada (88%). (4)
Evaluación del riesgo en la
cadena alimentaria
Una hipotética amenaza para la salud
humana debida a los microplásticos puede ocurrir a través
de su ingesta en la cadena alimentaria. Los alimentos que
consumimos pueden estar contaminados por microplásticos, ya sea por una
exposición directa en el medio ambiente o por transferencia de los microplásticos
en la cadena trófica entre depredadores y presas, en especies
comestibles.El impacto en la salud humana puede deberse a la naturaleza
físico-quimica de los micro/nanoplásticos y al potencial daño tisular que
pueden causar, pero también al hecho de que podrían ser portadores de
sustancias químicas y microorganismos potencialmente tóxicos.
Sin embargo, la CE considera que solo se
podrá realizar una evaluación de riesgos efectiva cuando se
disponga de datos concluyentes sobre la exposición humana. Por el momento,
se han registrado datos de 201 especies comestibles (200 marinas y 1 terrestre)
consideradas como afectadas por la presencia de micro/nanoplásticos. En el
caso de la mayoría de las especies marinas, la contaminación puede
explicarse por ingestión directa y por transferencia trófica, que, dada la
persistencia del plástico, puede producir una acumulación biológica, con mayor
nivel de concentración cuanto más elevado es el nivel trófico. Si bien en
muchas especies las partículas plásticas son eliminadas con el tracto
digestivo antes de ser consumidas, otras como los bivalvos o pescados pequeños
se consumen enteros y pueden ser una fuente de contaminación en la dieta
humana. (4)
En 2016, la EFSA publicó un informe sobre la
presencia de microplásticos y nanoplásticos en los alimentos, con un enfoque
particular en los productos del mar. Este informe indica que el mejillón
común (M. edulis),
cultivado para el consumo humano, puede ingerir partículas microplásticas con
tamaños que varían de 2 µm a 10 µm. El informe también describe que los
microplásticos en bivalvos, camarones y peces pueden alcanzar concentraciones
promedio de 0.2 a 4 micropartículas/g, 0.75 partículas/g y 1-7
partículas/g, respectivamente. Actualmente, los únicos estudios sobre la
contaminación por microplásticos en los productos alimenticios se refieren
a la miel, el azúcar, la sal, la cerveza, el agua embotellada y las
sardinas en lata. (4)
Posibles riesgos a la salud
El trabajo de
Ragusa y col (6) muestra la determinación y caracterización por espectroscopía
Raman de microplásticos en leche materna. Los investigadores no encontraron
diferencias estadísticas significativas con respecto al consumo de productos
marinos, productos de higiene personal usados y consumo en botellas plásticas
en la población estudiada y plantean como otra posible fuente la inhalación de
estas partículas.
Otro aspecto
importante a considerar es que los micro/nanoplásticos puedan actuar como vectores de “contaminantes orgánicos persistentes”
(POP, acrónimo en inglés) e incrementarían las tasas de bioacumulación de POP
en la cadena trófica.(7)
Los
microplásticos pueden contener hasta un promedio de un 4% de aditivos y pueden
adsorber contaminantes. Tanto los contaminantes como los aditivos pueden ser de
naturaleza orgánica o inorgánica. Los principales aditivos plásticos y
contaminantes adsorbidos para los que se cuenta con información incluyen
ftalatos, Bisfenol A (BPA), difenil éteres polibromados, Hidrocarburos
Aromáticos Policíclicos (HAP) y bifenilos policlorados (PCB). La información
sobre metales es escasa y no existen datos sobre otros contaminantes químicos.(8)
Los
micro/nanoplásticos han alcanzado todos los ecosistemas y se pueden considerar
como un contaminante emergente en la atmósfera. Por lo tanto la inhalación de estas
micropartículas es otra fuente de ingreso al organismo.
Conclusiones
La escasa información que existe en torno a la presencia de microplásticos y nanoplásticos en los alimentos, y en particular para las partículas de menor tamaño (< 150 µm), así como de su adsorción por el organismo, de su toxicidad y del efecto del procesado, la principal medida es el fomento de la investigación en todas estas áreas detalladas. Del mismo modo, es necesaria la estandarización de la metodología para mejorar la vigilancia de estas micro y nanopartículas en los alimentos. (8)
· No
existen contenidos máximos legislados sobre microplásticos y nanoplásticos como
contaminantes en los alimentos, aunque existe una amplia gama de políticas y
legislación de la UE con respecto a los plásticos. (8)
·
Con
la información y datos actualmente disponibles no hay base suficiente para
caracterizar la potencial toxicidad de los microplásticos en humanos. Los
potenciales efectos de los microplásticos en la salud de los consumidores son
aún desconocidos y precisan de más investigación. La carencia de un amplio
conocimiento sobre la toxicocinética y toxicodinamia de estos contaminantes y
de sus efectos sobre la salud impide efectuar una sólida caracterización del
riesgo si bien muchos autores anticipan que el riesgo derivado de la exposición
dietética a plásticos y derivados es bajo. A pesar de ello, la publicación de
estudios experimentales y epidemiológicos que asocian la exposición prolongada
a muy pequeñas dosis con efectos adversos mantiene viva esta creciente
preocupación de la comunidad científica por la exposición dietética a los
plásticos y sus aditivos. Se concluye que los niveles de exposición dietética
totales a plásticos, microplásticos y nanoplásticos no pueden ser aún estimados
y la caracterización del riesgo no puede concluirse si bien se sugiere que la
investigación futura sobre estos contaminantes alimentarios aporte soluciones
innovadoras que implementen medidas de mitigación/minimización de la exposición
dietética del hombre al tiempo que la regulación de niveles máximos de sus
principales moléculas en las distintas fuentes alimentarias. (10)
Bibliografía
(1)(1) https://www.fundacionaquae.org/mar-de-plastico-el-80-de-la-basura-en-el-mar-es-plastico/
(2)(2) https://plasticoceans.org/7-tipos-de-plastico-mas-comunes/
(3)(3) https://degradable.com.pe/wp-content/uploads/2021/04/2.07-UNE-CEN-TR_15351-2008-2.pdf
(4)(4) https://higieneambiental.com/higiene-alimentaria/el-plastico-que-comemos
(5)(5) https://pubs.acs.org/doi/full/10.1021/acs.est.0c02305
(6)(6) https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9269371/
(7)(7) https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0165993618305661
(8)(8) https://seguridadalimentaria.elika.eus/fichas-de-peligros/micro-y-nanoplasticos/
(9)(9) https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969720352050
Los nanoplásticos alteran el microbioma intestinal
Los efectos de la exposición
extensa y a largo plazo a los nanoplásticos observados en modelos animales
podrían ser aplicables a los humanos, según un estudio de la Universidad
Autónoma de Barcelona y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones
Forestales
Vivimos en un mundo invadido por el plástico. Su versatilidad y estabilidad
química lo han convertido en un producto muy rentable, ampliamente utilizado en
numerosos procesos de producción, pero a la vez también en un contaminante y,
por todo ello, de controvertida legislación. Al descomponerse en diminutas
nanopartículas, los plásticos entran con facilidad en la cadena alimentaria,
están presentes en el agua que bebemos, en el aire que respiramos y en casi
todo lo que tocamos, por lo que la entrada de nanoplásticos en nuestro
organismo puede llegar a alterar nuestro metabolismo y provocar efectos no
deseados sobre la salud.
Un estudio de revisión liderado por la Universidad Autónoma de
Barcelona (UAB) y el CREAF publicado en la revista Science
Bulletin constata que los nanoplásticos afectan a la
composición, diversidad y funcionalidad del microbioma
intestinal, tanto en organismos vertebrados como en invertebrados.
Adjuntamos enlace al artículo original.
Cuando se modifica la composición del microbioma intestinal, en
situaciones de exposición reiterada y persistente a nanoplásticos, surgen
alteraciones en los sistemas inmunitario, endocrino y nervioso. Debido a esto,
el estudio alerta de que el estrés en el microbioma intestinal podría afectar a
la salud, aunque aún no se conocen suficiente los mecanismos fisiológicos concretos
de estas alteraciones en la especie humana.
Los efectos sobre la salud de la exposición a nanoplásticos se
han evaluado tradicionalmente en especies acuáticas de moluscos, crustáceos y
peces. Los análisis in vitro recientes, utilizando cultivos celulares
de peces y mamíferos, han permitido analizar los cambios asociados a la
presencia de nanoplásticos en la expresión genética desde el punto de vista de
la toxicología.
La mayoría de vías neurológicas, endocrinas e inmunológicas
de estos vertebrados son muy similares a las humanas, por lo que los autores
alertan de que algunos de los efectos observados en estos modelos podrían
aplicarse también a los humanos. Conocer y analizar el proceso mediante el cual
los fragmentos de plásticos penetran en el organismo y lo dañan es fundamental,
pero también lo es determinar de manera precisa la cantidad y tipologías de
nanoplásticos diseminados en el medio.
Por ello los investigadores remarcan no solo la necesidad de
seguir estudiando los mecanismos y efectos concretos en modelos celulares
humanos, sino también la unificación de las metodologías de análisis para
llevar a cabo una correcta medición de la cantidad de nanoplásticos presente en
los distintos ecosistemas.
Mariana Teles, investigadora de la UAB, junto a otros
investigadores como Josep Peñuelas, profesor del CSIC en el CREAF,
comenta “el artículo no pretende generar alarmismo, pero sí busca advertir de
que el plástico está presente en casi todo lo que nos rodea, no se degrada y
nos exponemos a él de forma continua. En estos momentos, solo podemos especular
sobre sus efectos a largo plazo en la salud humana, pero ya existen indicios de
varios estudios que describen alteraciones hormonales e inmunes en peces
expuestos a nanoplásticos que podrían aplicarse en humanos”.
Invasivo y tóxico
El artículo presenta las principales fuentes ambientales
mediante las cuales los nanoplásticos llegan al cuerpo
humano y resume cómo son capaces de penetrar en el cuerpo humano:
ingiriéndolos, inhalándolos ocasionalmente o, muy raramente, incorporándolos
por contacto con la piel.
Una vez ingeridos, hasta el 90% de los fragmentos de plástico
que alcanzan el intestino serán excretados. Sin embargo, una parte se
fragmentará en nanoplásticos, capaces, debido a su pequeño tamaño y propiedades
moleculares, de penetrar en las células y causar efectos dañinos.
El estudio constata que se han descrito alteraciones en la
absorción de nutrientes, reacciones inflamatorias en el revestimiento
intestinal, cambios en la composición y funcionalidad del microbioma
intestinal, efectos sobre el metabolismo y la capacidad de producir
energía del cuerpo, y por último, alteraciones en las respuestas
inmunitarias.
En el trabajo se alerta sobre la posibilidad de que una
exposición a nanoplásticos a largo plazo, acumulada generación tras generación,
pueda dar lugar a cambios impredecibles hasta en el mismo genoma, como se ha
observado en algunos modelos animales.
Uso responsable
El artículo de revisión reconoce que se están probando
diferentes técnicas para eliminar los nanoplásticos del agua, como son la
filtración, la centrifugación y floculación con lastre de las aguas residuales,
o los tratamientos de aguas pluviales. Aunque los resultados son
prometedores, se limitan a partículas de plástico más grandes y, por lo tanto,
hasta la fecha, no existe una solución eficaz para eliminar los nanoplásticos
del ambiente.
“Para resolver el problema de la contaminación plástica, las
rutinas humanas deben cambiar y las políticas deben basarse en decisiones
informadas sobre los riesgos conocidos y las alternativas disponibles. Las
acciones individuales como el uso de productos más respetuosos con el medio
ambiente y el aumento de las tasas de reciclaje son acciones importantes”,
comenta Mariana Teles.
“Las autoridades pueden promover estas acciones proambientales a través de estímulos económicos, en forma de beneficios fiscales para la reutilización de los plásticos como materia prima para las industrias, así como en las estrategias de devolución de depósitos de los consumidores para envases”, recomiendan los investigadores.
Fuente: Agencia Sinc
https://www.prevencionintegral.com/actualidad/noticias/2020/12/30/nanoplasticos-alteran-microbioma-intestinal?utm_source=cerpie&utm_medium=email&utm_campaign=flash_05_02_2021
El cambio climático es uno
de los problemas más apremiantes y complejos de nuestros tiempos. Para
preservar el ecosistema de nuestro planeta, en los próximos diez años debemos
reducir radicalmente las emisiones netas de dióxido de carbono y, al mismo
tiempo, seguir sustentando una población en crecimiento.
En el último
informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático queda claro que para alcanzar esos objetivos
será necesario combinar la reducción de las emisiones con la búsqueda de
sistemas para eliminar el dióxido de carbono presente en la atmósfera. Por
consiguiente, la captura y el almacenamiento de carbono constituyen una parte
esencial de la estrategia de todo país orientada a lograr una huella de carbono
cero.
Gran parte de la
tecnología para la captura y el almacenamiento de carbono existe desde hace
decenios. Un ejemplo es la captura directa de aire, pero el problema siempre ha
sido encontrar una solución que pueda aplicarse a gran escala.
Climeworks ha desarrollado
plantas que aplican esa tecnología a gran escala gracias a un sistema modular
de colectores de CO2. Esos colectores, cada uno del tamaño de un automóvil
pequeño, pueden apilarse en distintas configuraciones para crear una planta de
tamaño variable capaz de extraer el CO2 del aire ambiente.
Para eliminar el CO2, unos ventiladores aspiran el aire hacia la planta, donde un material filtrante de gran selectividad retiene el CO2 junto con la humedad del aire. Una vez que el filtro se satura de CO2, se calienta a unos 100 °C, con lo que se rompe la unión entre el filtro y el CO2, el cual es liberado y recogido en forma de gas CO2 concentrado.
El aire exento de CO2 se libera de nuevo a la atmósfera, y este ciclo continuo puede empezar de nuevo. El filtro se reutiliza muchas veces y dura varios miles de ciclos. Posteriormente, ese CO2 puede venderse para elaborar bebidas gaseosas, combustibles neutros en carbono o fertilizantes. También puede almacenarse bajo tierra, inyectando una mezcla de CO2 y agua en determinadas formaciones rocosas, en las que el CO2 se petrifica, gracias a una reacción química, mediante el procedimiento CarbFix.
Para
ese procedimiento solo se necesita una fuente de energía renovable y, en caso
de que no se opte por la venta del CO2, un emplazamiento geológico adecuado para
almacenarlo.
Material tomado de:
https://www.wipo.int/ip-outreach/es/ipday/2020/case-studies/climeworks.html
El síndrome de Burnout, a veces traducido como "Síndrome del Quemado", es una alteración psicológica ligada al contexto del trabajo y que puede constituir un trastorno debido a sus efectos dañinos en la calidad de vida. Tal y como veremos, presenta características propias de los trastornos del estado de ánimo (como la depresión) y de los trastornos de ansiedad.
A pesar de que actualmente no aparece en los principales manuales diagnósticos de psicopatologías, cada vez hay más evidencias acerca de las características de este fenómeno, que pueden ser usadas para conocer el perfil propio de esta alteración como una psicopatología separada de la depresión y de otros trastornos.
Este síndrome fue descrito por primera vez en 1969 al comprobar el extraño comportamiento que presentaban algunos oficiales de policía de aquella época: agentes de la autoridad que mostraban un cuadro de síntomas concreto.
En 1974 Freudenberger hizo más popular al síndrome, y posteriormente, en 1986, las psicólogas norteamericanas C. Maslach y S. Jackson lo definieron como “un síndrome de cansancio emocional, despersonalización, y una menor realización personal que se da en aquellos individuos que trabajan en contacto con clientes y usuarios”.
¿Cómo se manifiesta esta alteración psicológica?
El síndrome sería la respuesta extrema al estrés crónico originado en el contexto laboral y tendría repercusiones de índole individual, pero también afectaría a aspectos organizacionales y sociales. Desde los años ochenta, los investigadores no han dejado de interesarse por este fenómeno, pero no es hasta finales de los noventa, cuando existe cierto consenso sobre sus causas y consecuencias.
Uno de los modelos explicativos generales es el de Gil-Monte y Peiró (1997), pero otros como los de Manassero y cols (2003), Ramos (1999), Matteson e Ivansevich (1997), Peiró y cols (1994) o Leiter (1988), nacen para dar respuesta a las estrategias y técnicas de intervención necesarias para prevenir y minimizar efectos de un problema que va en aumento especialmente desde el comienzo de la crisis (Gili, McKee. y Stuckler. 2013). Además, se ha hipotetizado acerca de la posibilidad de que el Síndrome de Burnout pueda ser una de las causas del síndrome de fatiga crónica.
Las diferencias culturales en el Síndrome Burnout
Aún y así, y contando con los avances desarrollados por la investigación en campos específicos, todavía existen diversas interpretaciones sobre el tipo de intervención más apropiado a la hora corregirlo: bien de tipo individual, acentuando la acción psicológica, o bien de tipo social u organizacional, incidiendo en las condiciones de trabajo (Gil-Monte, 2009). Posiblemente, estas discrepancias tengan su origen en la influencia cultural.
Los estudios de Maslach, Schaufeli y Leiter (2001), encontraron que existen ciertas diferencias cualitativas en el perfil americano y europeo, ya que estos últimos muestran niveles más bajos de agotamiento y cinismo. Independientemente del continente en que usted viva, hay ciertos aspectos que debe conocer para poder actuar a tiempo y poder prevenirlo o corregirlo. En este artículo encontrará algunas claves sobre este fenómeno. Lo que aprenda, puede ayudarle a enfrentar el problema y tomar medidas antes que afecte a su salud.
Personas en riesgo de sufrirlo
Usted puede ser más propenso a experimentar Burnout si cumple varias de las siguientes características (en forma de señales o síntomas):
• Se identifica tan fuertemente con el trabajo que le falta un equilibrio razonable entre su vida laboral y su vida personal.
• Intenta ser todo para todos, asumir tareas y funciones que no corresponden a su cargo.
• Trabaja en empleos relacionados con actividades laborales que vinculan al trabajador y sus servicios directamente con clientes. Esto no significa que no pueda presentarse en otro tipo de labores, pero en general doctores, enfermeras, consultores, trabajadores sociales, maestros, vendedores puerta a puerta, encuestadores, oficiales de cobro y otros muchos oficios y profesiones tienen mayor riesgo de desarrollar la condición.
• Siente que tiene poco o ningún control sobre su trabajo.
• Su trabajo es especialmente monótono y no tiene sobresaltos.
¿Puedo estar experimentando Burnout en el trabajo?
Hágase las siguientes preguntas para saber si usted está en peligro de padecer Burnout:
• ¿Se ha vuelto cínico o crítico en el trabajo?
• ¿Se arrastra para ir a trabajar y suele tener problemas para empezar una vez ha llegado?
• ¿Se ha vuelto irritable o impaciente con los compañeros de trabajo o clientes?
• ¿Le falta la energía para ser consistentemente productivo?
• ¿Le falta la satisfacción en sus logros?
• ¿Se siente desilusionado con su trabajo?
• ¿Está consumiendo excesiva comida, drogas o el alcohol para sentirse mejor?
• ¿Sus hábitos de sueño o apetito han cambiado por culpa de su empleo?
• ¿Está preocupado por los dolores de cabeza inexplicables, dolores de espalda u otros problemas físicos?
Si usted contestó sí a alguna de estas preguntas, puede estar experimentando Burnout. Asegúrese de consultar con su médico o un profesional de la salud mental, sin embargo, algunos de estos síntomas también pueden indicar ciertas condiciones de salud, como un trastorno de la tiroides o depresión.
Síntomas principales
• Agotamiento emocional: un desgaste profesional que lleva a la persona a un agotamiento psíquico y fisiológico. Aparece una pérdida de energía, fatiga a nivel físico y psíquico. El agotamiento emocional se produce al tener que realizar unas funciones laborales diariamente y permanentemente con personas que hay que atender como objetos de trabajo.
• Despersonalización: se manifiesta en actitudes negativas en relación con los usuarios/clientes, se da un incremento de la irritabilidad, y pérdida de motivación. Por el endurecimiento de las relaciones puede llegar a la deshumanización en el trato.
• Falta de realización personal: disminución de la autoestima personal, frustración de expectativas y manifestaciones de estrés a nivel fisiológico, cognitivo y comportamiento.
Causas
El agotamiento del trabajo presente en el Síndrome Burnout puede ser el resultado de varios factores y puede presentarse normalmente cuando se dan condiciones tanto a nivel de la persona (referentes a su tolerancia al estrés y a la frustración, etc) como organizacionales (deficiencias en la definición del puesto, ambiente laboral, estilo de liderazgo de los superiores, entre otros).
Las causas más comunes son las siguientes.
1. La falta de control
Una incapacidad de influir en las decisiones que afectan a su trabajo: como su horario, misiones, o la carga de trabajo que podrían conducir a agotamiento del trabajo.
2. Expectativas laborales poco claras
Si no estás seguro sobre el grado de autoridad que tenga o de su supervisor o los demás esperan de ti, no es probable que se sienten cómodos en el trabajo.
3. La dinámica de trabajo disfuncional
Tal vez usted trabaja con una persona conflictiva en la oficina, se siente menospreciada por los compañeros o su jefe no le presta suficiente atención a su trabajo.
4. Las diferencias en los valores
Si los valores difieren de la forma en que su empleador hace negocios o atiende las quejas, la falta de correspondencia puede llegar a pasar factura.
5. Mal ajuste de empleo
Si su trabajo no se ajusta a sus intereses y habilidades, puede llegar a ser cada vez más estresante en el tiempo.
6. Los extremos de la actividad
Cuando un trabajo es siempre monótono o caótico, necesita energía constante para permanecer centrado, lo que puede contribuir a niveles más altos de fatiga y agotamiento del trabajo.
7. La falta de apoyo social
Si usted se siente aislado en el trabajo y en su vida personal, usted puede sentirse más estresado.
8. Desequilibrio entre la vida laboral, familiar y social
Si su trabajo ocupa gran parte de su tiempo y esfuerzo y no tiene suficiente tiempo para estar con su familia y amigos, se puede quemar rápidamente.
Efectos psicológicos y en la salud
Ignorar o no tratar el Burnout, puede tener consecuencias significativas, incluyendo:
• El estrés excesivo
• Fatiga
• Insomnio
• Un desbordamiento negativo en las relaciones personales o vida en el hogar
• Depresión
• Ansiedad
• El alcohol o abuso de sustancias
• Deterioro cardiovascular
• El colesterol alto
• Diabetes, sobre todo en las mujeres
• Infarto cerebral
• Obesidad
• Vulnerabilidad a las enfermedades
• Úlceras
• Pérdida de peso
• Dolores musculares
• Migrañas
• Desórdenes gastrointestinales
• Alergias
• Asma
• Problemas con los ciclos menstruales
Recuerde, si usted cree que puede estar experimentando Burnout, no ignore sus síntomas. Consulte con su médico o con un profesional en salud mental para identificar o descartar la existencia de condiciones de salud subyacentes.
Terapia, tratamiento y consejos
Si está preocupado por el Burnout en el trabajo, debe tomar medidas. Para comenzar:
• Administre los factores estresantes que contribuyen al agotamiento del trabajo. Una vez que haya identificado lo que está alimentando sus síntomas de Burnout, puede hacer un plan para resolver los problemas.
• Evalúe sus opciones. Discuta las preocupaciones específicas con su supervisor. Tal vez puedan trabajar juntos para cambiar las expectativas o llegar a compromisos o soluciones.
• Ajuste su actitud. Si se ha vuelto cínico en el trabajo, tenga en cuenta las formas de mejorar su perspectiva. Vuelva a descubrir los aspectos agradables de su puesto. Establezca relaciones positivas con los compañeros para lograr mejores resultados. Tome descansos cortos durante todo el día. Pase tiempo fuera de la oficina y haga las cosas que le gustan.
• Busque apoyo. Ya sea que llegue a los compañeros de trabajo, amigos, seres queridos u otras personas, el apoyo y la colaboración pueden ayudar a lidiar con el estrés laboral y la sensación de agotamiento. Si usted tiene acceso a un programa de asistencia al empleado, aproveche los servicios disponibles.
• Evalúe sus intereses, habilidades y pasiones. Una evaluación honesta puede ayudarle a decidir si debe considerar un trabajo alternativo, como por ejemplo uno que es menos exigente o que mejor se ajusta a sus intereses o valores fundamentales.
• Haga algo de ejercicio. La actividad física regular como caminar o andar en bicicleta, puede ayudarle a lidiar mejor con el estrés. También puede ayudarle a desconectar fuera del trabajo y dedicarse a otra cosa.
En resumen, lo recomendable es mantener una mente abierta mientras considera las opciones, y si piensa que está sufriendo este síndrome, intente solucionarlo lo antes posible.
También es importante de no hacer del problema algo más grave confundiendo el Síndrome Burnout con una enfermedad: ni lo es, ni sus desencadenantes tienen por qué encontrarse en el cuerpo de uno mismo para tener claro esto, es bueno leer este artículo: "Las diferencias entre síndrome, trastorno y enfermedad".
Referencias bibliográficas:
• Bianchi, R.; Schonfeld, I.S.; Laurent, E. (2015). Burnout-depression overlap: A review. Clinical Psychology Review, 36: pp. 28 - 41.
• Kristensen, T.S.; Borritz, M.; Villadsen, E.; Christensen, K.B. (2005). The Copenhagen Burnout Inventory: A new tool for the assessment of burnout. Work & Stress. 19 (3): 192–207.
• Martín, Ramos Campos y Contador Castillo (2006) “Resiliencia y el modelo Burnout-Engagement en cuidadores formales de ancianos”, Psicothema, 18(4), pp. 791-796.
• Maslach y Leiter (1997) The truth about burnout. San Francisco, CA: Jossey Bass.
• Maslach, Schaufeli y Leiter (2001) Job Burnout. Annual Review of Psychology, 52, 397.422.
• Matteson e Ivancevich (1987) Controlling Work Stress: Effective resource and Management Strategies. San Francisco, CA: Jossey- Bass.
• Oosterholt, BG.; Maes, J.H.R.; Van der Linden, D.; Verbraak, M.J.P.M.; Kompier, M.A.J. (2015). Burnout and cortisol: Evidence for a lower cortisol awakening response in both clinical and non-clinical burnout. Journal of Psychosomatic Research, 78(5): pp. 445 - 451.
Material tomado de:
https://psicologiaymente.com/organizaciones/burnout-sindrome-del-quemado?fbclid=IwAR2sMZk1jOS1x4Arq9u-1CCmwcZGXLRDuHolHwwLMAS2OzfUJRHBhjiP9AQ
El sistema
inmunitario: la defensa del organismo contra las infecciones
Para entender cómo actúan las vacunas contra el COVID-19 es útil primero
saber cómo combate las enfermedades nuestro organismo. Cuando los gérmenes,
como el virus que causa el COVID-19, invaden nuestro organismo, atacan y se
multiplican. Esta invasión, llamada infección, es lo que causa la enfermedad.
Nuestro sistema inmunitario tiene diversas herramientas para combatir las
infecciones. La sangre contiene glóbulos rojos que transportan oxígeno a los
tejidos y órganos, y glóbulos blancos o inmunitarios que combaten las
infecciones. Los diferentes tipos de glóbulos blancos combaten las infecciones
de diferentes maneras:
La primera vez que una persona se infecta con el virus que causa el
COVID-19, su cuerpo puede demorar varios días o semanas en desarrollar y usar
todas las herramientas necesarias para combatir los gérmenes y vencer la
infección. Después de la infección, el sistema inmunitario de la persona
recuerda lo que aprendió sobre cómo proteger al organismo de la enfermedad.
El organismo conserva algunos linfocitos T, conocidos como células de
memoria, que entran en acción rápidamente si el organismo se vuelve a encontrar
con el mismo virus. Cuando se detectan los antígenos familiares, los linfocitos
B producen anticuerpos para atacarlos. Los expertos siguen estudiando para
comprender durante cuánto tiempo estas células de memoria pueden proteger a una
persona contra el virus que causa el COVID-19.
Cómo actúan las
vacunas contra el COVID-19
Las vacunas contra el COVID-19 ayudan a nuestro organismo a desarrollar
inmunidad contra el virus que causa el COVID-19 sin que para ello tengamos que
contraer la enfermedad. Los diferentes tipos de vacunas actúan de diferentes
formas para aportar protección, pero con todos los tipos de vacunas el
organismo se queda con un suministro de linfocitos T de "memoria",
además de linfocitos B que recordarán cómo combatir ese virus en el futuro.
Por lo general, después de la vacunación el organismo demora algunas
semanas en producir linfocitos T y linfocitos B. Por consiguiente, es posible
que una persona se infecte con el virus que causa el COVID-19 justo antes o
justo después de vacunarse, y que se enferme porque la vacuna no tuvo
suficiente tiempo para generar protección.
A veces, después de la vacunación, el proceso de generar inmunidad puede
causar síntomas, por ejemplo fiebre. Estos síntomas son normales y son una
señal de que el organismo está desarrollando inmunidad.
Tipos de vacunas
En la actualidad, hay tres tipos principales de vacunas contra el
COVID-19 que ya están o pronto entrarán en la etapa de ensayos clínicos a gran
escala (fase 3) en los Estados Unidos. A continuación describimos cómo
actúa cada tipo de vacuna para hacer que nuestro organismo reconozca el virus
que causa el COVID-19 y nos proteja del mismo. Ninguna de estas vacunas puede
hacer que usted se enferme con el COVID-19.
La mayoría de las
vacunas contra el COVID-19 deberán aplicarse en más de una dosis
Exceptuando una, todas las otras vacunas contra el COVID-19 que
están actualmente en la fase 3 de ensayos clínicos en los Estados Unidos
se deben administrar en dos dosis. La primera dosis empieza a generar
protección. La segunda se administra unas semanas después y es necesaria para
lograr la máxima protección que ofrece la vacuna. Hay una vacuna en fase 3
de ensayos clínicos que se administra en una sola dosis.
En resumen
Vacunarse es una de las varias medidas que puede tomar para protegerse y
proteger a otras personas del COVID-19. Protegerse del COVID-19 es
crucial porque, en el caso de algunas personas, la enfermedad puede ser grave e
incluso ocasionar la muerte.
Para detener una pandemia es necesario utilizar todas las herramientas
disponibles. Las vacunas actúan junto al sistema inmunitario para que su
organismo esté preparado para combatir el virus si se ve expuesto al mismo.
Otras medidas, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, ayudan a
reducir su riesgo de estar expuesto al virus y de propagarlo a otras personas.
La mejor protección contra el COVID-19 será vacunarse y seguir las
recomendaciones de los CDC para protegerse y proteger a otras personas del
COVID-19.
https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/different-vaccines/how-they-work.html