sábado, 9 de noviembre de 2019

La depresión llegará a ser la primera causa de discapacidad en todo el mundo según la OMS



La depresión llegará a ser la primera causa de discapacidad en todo el mundo según la OMS

Según las estimaciones, en el mundo hay 264 millones de personas padecen depresión, una de las principales causas de discapacidad. Además, muchas de ellas sufren también síntomas de ansiedad. Según un reciente estudio dirigido por la OMS, los trastornos por depresión y por ansiedad cuestan a la economía mundial US$ 1 billón anual en pérdida de productividad. Por otro lado, es bien conocido que el desempleo es un factor de riesgo de problemas mentales, mientras que la obtención de un empleo o la reincorporación al trabajo ejercen efectos protectores.

No obstante, un entorno de trabajo adverso puede ocasionar problemas físicos y psíquicos, un consumo nocivo de sustancias y de alcohol, absentismo laboral y pérdidas de productividad. La promoción de la salud mental en el lugar de trabajo y el apoyo a las personas que sufren trastornos psiquiátricos hace más probable la reducción del absentismo laboral, el aumento de la productividad y la obtención de beneficios económicos que conllevan estos efectos.

En esta hoja informativa se trata sobre la salud y los trastornos mentales en el entorno laboral y sobre los problemas que, sin ser trastornos mentales, pueden ser causados o agravados por el trabajo, como el estrés y el desgaste profesional.

Datos y cifras
·   El trabajo es beneficioso para la salud mental. Sin embargo, un entorno laboral negativo puede causar problemas físicos y psíquicos.

·   La depresión y la ansiedad tienen unas repercusiones económicas importantes: se ha estimado que cuestan anualmente a la economía mundial US$ 1 billón en pérdida de productividad.

·  El acoso y la intimidación en el trabajo son problemas frecuentes que pueden tener considerables efectos negativos en la salud mental.

·   Las organizaciones pueden aplicar muchas medidas eficaces para promover la salud mental en el lugar de trabajo y aumentar con ello la productividad.

·  Por cada US$ 1 invertido en la extensión del tratamiento de los trastornos mentales frecuentes se obtiene un rendimiento de US$ 4 en mejora de la salud y la productividad.
 

Riesgos para la salud relacionados con el trabajo
Hay muchos factores del entorno laboral que pueden afectar a la salud mental. En la mayoría de los casos, los riesgos que conllevan se deben a una interacción inadecuada entre el tipo de trabajo, el entorno organizativo y directivo, las aptitudes y competencias del personal y las facilidades que se ofrecen a este para realizar su trabajo. Por ejemplo, puede ocurrir que una persona tenga las aptitudes necesarias para llevar a cabo sus tareas pero no disponga de suficientes recursos o no reciba el apoyo que necesita debido a las prácticas de gestión y administración de la empresa.


Estos son algunos de los riesgos para la salud mental:

  • ·    Políticas inadecuadas de seguridad y protección de la salud.
  • ·    Prácticas ineficientes de gestión y comunicación.
  • ·   Escaso poder de decisión del trabajador o ausencia de control de su área de trabajo.
  • ·    Bajo nivel de apoyo a los empleados.
  • ·    Horarios de trabajo rígidos.
  • ·    Falta de claridad en las áreas u objetivos organizativos.


Los riesgos también pueden guardar relación con el contenido del trabajo. Por ejemplo, puede que las tareas asignadas a una persona no se adecúen a sus competencias o que la carga de trabajo sea permanentemente elevada. Algunos trabajos, como ocurre con los que desempeñan el personal humanitario y el de primera intervención, acarrean un riesgo más elevado, pueden afectar a la salud mental y causar síntomas de trastornos psiquiátricos o un consumo nocivo de alcohol, drogas o psicofármacos. Además, los riesgos pueden ser superiores en situaciones en las que el equipo no está cohesionado o no se dispone de apoyo social.

El acoso psicológico y la intimidación en el trabajo (mobbing) son causas frecuentes de estrés laboral y otros riesgos para la salud de los trabajadores, y pueden ocasionar problemas físicos y psicológicos. Estos efectos en la salud tienen consecuencias para las empresas, que se concretan en pérdidas de productividad y una alta rotación del personal. Además, pueden afectar negativamente a las interacciones familiares y sociales.

Pautas para crear un entorno saludable de trabajo
Un aspecto importante para conseguir que el lugar de trabajo sea saludable es la formulación de leyes, estrategias y políticas gubernamentales, tal y como han puesto de manifiesto los trabajos sobre este asunto de la Brújula de la UE para la Actuación en materia de Salud Mental y Bienestar (EU-Compass). En un lugar de trabajo saludable, los trabajadores y los directivos contribuyen activamente a mejorar el entorno laboral promoviendo y protegiendo la salud, la seguridad y el bienestar de todos los empleados. En un informe académico de 2014 se recomienda que las intervenciones tengan un triple enfoque:

  • ·  Proteger la salud mental reduciendo los factores de riesgo relacionados con el trabajo.       
  •     Promover la salud mental desarrollando los aspectos positivos del trabajo y las cualidades y capacidades del personal
  • ·   Tratar de solucionar los problemas de salud mental, con independencia de su causa.


Partiendo de esta base, en la guía del Foro Económico Mundial se destacan las siguientes medidas que pueden adoptar las organizaciones para crear un ambiente de trabajo saludable:

·  Tomar conciencia del entorno de trabajo y de cómo se puede adaptar para promover una mejora de la salud mental de los distintos empleados.

·     Aprender de las motivaciones de los directivos y empleados de la organización que han adoptado medidas.

·     No reinventar la rueda y fijarse en las medidas adoptadas por otras empresas.

·  Conocer las necesidades de cada trabajador y las oportunidades de que dispone, con el fin de elaborar mejores políticas en materia de salud mental en el lugar de trabajo. 

·         
    Conocer cuáles son las fuentes de apoyo a las que pueden recurrir las personas para pedir ayuda.

Estas son las intervenciones y prácticas adecuadas para proteger y promover la salud mental en el lugar de trabajo:

·   Aplicar y hacer cumplir las políticas y prácticas de seguridad y protección de la salud, que permitan detectar el estrés patológico, las enfermedades y el consumo nocivo de sustancias psicoactivas, así como facilitar recursos para ello. 

·    Informar a los trabajadores de que pueden pedir ayuda. 

·  Promover la participación del personal en las decisiones, transmitir una sensación de control y de participación e implantar prácticas en la organización que promuevan un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal. 

·     Ofrecer a los empleados programas de desarrollo profesional. 

·     Reconocer y recompensar la contribución del personal.

Las intervenciones en materia de salud mental deben formar parte de una estrategia integrada de salud y bienestar que abarque la prevención, la detección temprana, el apoyo y la reincorporación o readaptación. Los servicios y los profesionales de la salud ocupacional pueden ayudar a las organizaciones a aplicar estas intervenciones donde estén disponibles, pero incluso cuando no lo estén, se pueden introducir una serie de cambios para proteger y promover la salud mental.

La clave del éxito consiste en implicar a las partes interesadas y al personal de todos los niveles cuando se lleven a cabo intervenciones de protección, promoción y apoyo y cuando se evalúe su eficacia.

Los estudios disponibles sobre el costo-eficacia de las estrategias en materia de salud mental indican que estas rinden beneficios netos. Por ejemplo, en un estudio reciente dirigido por la OMS se estimó que por cada US$ 1 invertido en ampliar el tratamiento de los trastornos mentales más habituales se obtuvieron US$ 4 dólares en mejora de la salud y la productividad.

Apoyo en el trabajo a las personas con trastornos mentales
Las organizaciones tienen la obligación de prestar apoyo a las personas con trastornos mentales para realizar su trabajo o reincorporarse al mismo. Los estudios demuestran que el desempleo, en particular si es de larga duración, es perjudicial para la salud mental. Muchas de las iniciativas descritas anteriormente pueden ayudar a las personas que padecen trastornos mentales. En particular, la flexibilidad horaria, la adaptación de las tareas asignadas a estas personas, la lucha contra las dinámicas negativas en el lugar de trabajo y la confidencialidad y facilitación de la comunicación con los cuadros directivos les pueden ayudar a continuar realizando su trabajo o reincorporarse al mismo.

Se ha demostrado que los tratamientos de base científica son beneficiosos para las personas que sufren depresión y otros trastornos mentales. Debido al estigma asociado con estos trastornos, los empresarios deben asegurarse de que las personas que los padecen cuentan con su apoyo, pueden pedir ayuda para continuar realizando o reanudar sus actividades y disponen de los recursos necesarios para hacer su trabajo.

El artículo 27 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad proporciona un marco mundial jurídicamente vinculante para promover los derechos de las personas afectadas, entre ellas las que presentan discapacidades psicosociales. En el texto se reconoce el derecho de las personas con discapacidad a trabajar en igualdad de condiciones con las demás y sin sufrir ningún tipo de discriminación, así como a recibir apoyo en su lugar de trabajo.

Respuesta de la OMS
En lo relativo a las políticas a escala mundial, en el Plan de acción mundial sobre la salud de los trabajadores (2008-2017) y el Plan de acción sobre salud mental (2013-2030) de la OMS se establecen los principios, los objetivos y las estrategias de aplicación pertinentes para promover la salud mental en el lugar de trabajo. Se trata de tener en cuenta los determinantes sociales de la salud mental, tales como el nivel de vida y las condiciones de trabajo; prevenir y promover la salud, incluida la mental, mediante actividades que, entre otros aspectos, reduzcan la estigmatización y la discriminación; y mejorar los servicios de salud, incluidos los de salud ocupacional, para ampliar el acceso a la atención científicamente contrastada.

Con el fin de ayudar a las empresas y los trabajadores, la OMS ha elaborado una serie de documentos sobre la protección de la salud de los trabajadores en los que se formulan recomendaciones para atajar problemas habituales en esta esfera, como el acoso y el estrés. Como parte del Programa de acción de la OMS para superar la brecha en salud mental (mhGAP), que ofrece herramientas basadas en datos científicos para prestar servicios sanitarios, la OMS proporciona instrumentos técnicos para detectar precozmente y tratar los trastornos provocados por el consumo de alcohol y drogas y para prevenir el suicidio, que también pueden ser importantes para mejorar la salud mental en el lugar de trabajo.

En esta esfera, la OMS está elaborando y probando algunas herramientas de autoayuda que utilizan las tecnologías de la información y que pueden ser útiles para que las personas de países de ingresos medios y bajos gestionen los trastornos mentales más habituales, el consumo nocivo de alcohol y el estrés patológico.

Material tomado de:


jueves, 7 de noviembre de 2019

¿Cómo puedes monitorear la calidad del aire en tu ciudad?



¿Cómo puedes monitorear la calidad del aire en tu ciudad?



La contaminación del aire es un asesino silencioso, pero cada vez más personas en distintas urbes del planeta deciden hacer algo al respecto.
A nivel global, nueve de cada 10 personas respira aire contaminado, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud.
Y cerca de siete millones de personas mueren cada año por estar expuestas a partículas finas de aire contaminado "que penetran profundo en los pulmones y en el sistema cardiovascular, causando enfermedades que incluyen entre otras insuficiencia cardíaca, accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón e infecciones respiratorias", según señaló la OMS en su informe de 2018.
Además de las redes de monitoreo oficiales que existen en muchos países, pero que típicamente no aportan datos muy localizados, las iniciativas privadas se están multiplicando.

Y la constante reducción en el costo de los sensores es uno de los factores que impulsa este proceso.
1. Makaia: red de sensores ciudadanos en Medellín
La ONG Makaia nació para "crear una cultura de datos abiertos, para enseñarles a las personas a comprenderlos, analizarlos y usarlos para crear nuevos datos", señaló a BBC Mundo Catalina Escobar, cofundadora y Directora de Estrategia de Makaia.
Con ese objetivo, Makaia se propuso crear una red ciudadana para monitorear la calidad del aire en la ciudad de Medellín, Colombia.
"Es una ciudad que ha crecido mucho en los últimos años", afirmó Escobar.
No solo creció el número de autos y motos en la urbe, sino que aún circulan vehículos viejos sin los controles ambientales necesarios.
"Además, Medellín está ubicada en un valle, rodeada de montañas, lo que hace que en ciertas épocas del año los contaminantes se concentren y se queden dentro de ese valle".
Makaia, junto con habitantes locales, colocó sensores en instituciones públicas como bibliotecas. La red ya cuenta con 26 sensores ciudadanos.
"Los sensores están conectados a una red WiFi con el fin de visualizar en tiempo real los datos registrados a la plataforma purpleair.com para su posterior análisis", explicó Escobar.
"Usamos los sensores de PurpleAir que cuestan alrededor de 250U$S".
Cada día Makaia publica en su cuenta de Twitter un resumen de las variaciones en la calidad del aire.
Los sensores miden material particulado de diferentes diámetros, PM 0,3; 0,5; 1,0; 2,5; 5,0; 10 μm o micrómetros. También miden temperatura y humedad. Son confiables y avalados por varias instituciones en Estados Unidos.
PurpleAir publica los datos en una base de datos abierta para que las personas los puedan usar y además algunas de las bibliotecas tienen pantallas informadoras.
¿Qué consejo daría Makaia a ciudadanos en otros sitios de América Latina que quieran iniciar sus propias redes?
"Empezar una iniciativa de estas cuesta muy poco, lo que se necesita es voluntad", afirmó a BBC Mundo Catalina Escobar. "Desde Makaia estamos listos para ayudar".

2. Redspira: monitoreo ciudadano en Mexicali
Quince estados de México no cuentan con redes de monitoreo atmosférico que formen parte del Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire, según señaló a BBC Mundo Alberto Mexía Sánchez, director de la startup tecnológica Certuit, creadora de Redspira.
"Estos estados son Sonora, Sinaloa, Nayarit, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Tamaulipas, Zacatecas, Tlaxcala, Coahuila, Querétaro y Colima".
La Red de Monitoreo Ambiental Colaborativa Redspira nació por el creciente problema de la mala calidad del aire en la ciudad de Mexicali, "la cual ha sido catalogada como una de las más contaminadas en México y Latinoamérica".
"En este sentido Certuit se hizo la pregunta de '¿cómo podemos aportar una solución al problema?', y la respuesta nace a partir del déficit de monitores de calidad del aire y de la premisa 'lo que no se puede medir, no se puede mejorar'".
Redspira usa sensores de bajo costo (200U$S a 300U$S).
"Si bien recomendamos los sensores Redspira, la red puede integrar todo tipo de sensores que cuenten con datos abiertos", señaló Mexía Sánchez.
"Redspira utiliza el contador de partículas láser Plantower PMS5003, donde los rayos láser detectan las partículas que pasan por su reflectividad".
Estos sensores cuentan partículas suspendidas en tamaños de PM 0,3, PM 0,5, PM 1,0, PM 2,5, PM 5,0 y PM 10 μm.
La red también incluye estaciones normativas para validar la información generada por los sensores de bajo costo y programas de difusión y educación.
La iniciativa también tiene una app para "darle al ciudadano una herramienta en la palma de la mano para que pueda tomar decisiones en tiempo real".
Actualmente la red tiene cobertura en Mexicali, Valle de Mexicali, Tijuana, Monterrey, San Luis Potosí y Ciudad de México.

3. La iniciativa de un padre en una escuela de Londres
Bjoern Stiel es el padre de Caspar, un niño de 8 años que asiste a Ambler Primary School, una escuela primaria en el norte de Londres.
"Mi hijo ha venido sufriendo problemas respiratorios y su escuela está junto a una calle con mucho tráfico. Muchos otros niños de la escuela padecen asma", relató Stiel a BBC Mundo.
"Cuando se trata de proteger a los niños de la contaminación ambiental se habla mucho, pero hay pocos enfoques sistemáticos. Para mí, el primer paso era tener datos precisos".
Si bien el gobierno tiene monitores en el área, no publica la información, según Stiel, quien siendo ingeniero de software decidió, junto a Caspar, "tomar el asunto en nuestras propias manos".
Stiel y Caspar construyeron un dispositivo basado en Raspberry Pi, una computadora del tamaño de una tarjeta de crédito y de bajo costo.
"La Raspberry Pi se conecta a un pequeño sensor que succiona el aire y mide la cantidad de partículas finas, con diámetro menor de 2,5 micrómetros, y de partículas más grandes, con diámetros de entre 2,5 y 10 micrómetros.
"También escribimos código de software para que las lecturas sean salvadas cada minuto junto a las coordinadas GPS, y sean enviadas a un simple servidor que construimos para visualizar y evaluar la información. Decidimos llamar al dispositivo 'Airpollution Pi' o 'Contaminación del aire Pi'".
Hay un dispositivo en el salón de clase y los niños participan leyendo los datos de los sensores y monitoreando cómo cambian durante el día.
"Pudimos determinar con el dispositivo cómo se comparan en términos de contaminación las diferentes calles que toman los niños para llegar a la escuela".

4. Sensores ensamblados localmente, en África
Para bajar aún más los costos de los sensores, el proyecto sensors.AFRICA (https://sensors.africa) entrena a los ciudadanos para que ensamblen sus propios dispositivos.
El proyecto fue creado por la ONG Code for Africa, o "Escribiendo código para África" con el objetivo de solucionar la escasez de datos ambientales.
Los sensores miden no solamente la calidad del aire, sino del agua, niveles de radiación y contaminación acústica, y más de 70 ya fueron instalados en siete ciudades africanas, incluyendo Nairobi, Kampala, Lagos y Johanesburgo.
"Los sensores son ensamblado usando componentes que son importados en su mayoría de China y Estados Unidos. El costo por unidad es de 50U$S por un kit Wi-Fi Y 100U$S por dispositivos que funcionan con energía solar", explicó a BBC Mundo Chege James, uno de los responsables de la iniciativa.
El proyecto se unió a socios que colocan sensores en escuelas primarias y enseñan a los niños sobre la contaminación del aire y cómo combatirla.
Y otra alianza con universidades locales habilitó la participación de estudiantes de computación y de periodismo ambiental.

5. Flow: un dispositivo para colgar de la mochila
Las apps y dispositivos de la startup o empresa emergente francesa Plume Labs ocupan los primeros lugares en las evaluaciones de revistas especializadas británicas.
La compañía fue fundada por Romain Lacombe y su lema es "empodérate contra la contaminación del aire".
Una de las creaciones de la startup es el dispositivo Flow.
"Flow es un sensor personal que funciona en conjunto con una app para medir la contaminación y mostrar la información en forma de mapas o líneas cronológicas para revelarte que estás respirando, cuándo y dónde", le explicó a BBC Mundo Yannick Servant, vocero de Plume Labs.
"El gran desafío ha sido miniaturizar los sensores, que miden materia particulada de diámetros menores de 10 y 2,5 (PM2,5 y PM 10), dióxido de nitrógeno (NO2) y compuestos volátiles orgánicos (VOC). El sensor continuamente mide el aire que respiras y envía la información a tu celular vía Bluetooth", agregó.
Flow se calibra a sí mismo y cuesta U$S179.
Servant dijo que la empresa espera exportar en un futuro al mercado latinoamericano.
"Pero sabemos que ya hay gente usando Flow en México, Paraguay, Argentina, Uruguay, Ecuador, Guatemala, Costa Rica, Perú y Brasil".
Material tomado de:




viernes, 25 de octubre de 2019

La tierra ha alcanzado niveles de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera nunca antes visto

La tierra ha alcanzado niveles de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera nunca antes visto
Hace 200 años, al inicio de la Revolución Industrial, la atmósfera terrestre tenía aproximadamente 250 partes de dióxido de carbono (CO2) por millón (ppm). En la década de 1960 la concentración de este gas, que ya se sabía que provoca el conocido efecto invernadero y el cambio climático global, superó las 300 ppm.
La acumulación de CO2 en la atmósfera se ha acelerado en los últimos años, debido a las emisiones provocadas por actividades humanas como la combustión de hidrocarburos.
La lectura más reciente en el observatorio Mauna Loa (Hawaii, Estados Unidos), un centro de referencia mundial en este tema, marcó el 12 de mayo la cifra récord de 415,39 ppm, según han confirmado los expertos del Programa CO2 de la Institución Scripps de Oceanografía, centro adscrito a la Universidad de California en San Diego. Un día antes, la cifra récord había sido de 415,26 ppm y los expertos no descartan que este mismo mes de mayo vuelva a establecerse un nuevo nivel máximo histórico. Cifras similares fueron detectadas en el observatorio de Izaña, en Canarias.
En la historia de la Tierra se han producido fenómenos climáticos y geológicos que han aumentado la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera incluso por encima de las 416 ppm pero, como se sabe desde hace algunos años gracias a registros como los de Mauna Loa, nuestro planeta vive ahora una situación sin igual por lo menos en los últimos 10.000 años.
“Es la primera vez en la historia de la Humanidad que la atmósfera ha tenido más de 415 ppm de CO2”, explica el meteorólogo Eric Holthaus antes de recordar que esta marca no se había alcanzado no solo en los últimos 10.000 años sino también desde que existen los humanos modernos.
La última vez que la atmósfera de la Tierra contenía tanto CO2 como ahora fue hace más de tres millones de años, cuando el nivel global del mar era varios metros más alto y partes de la Antártida estaban cubiertas de bosques.
Esto demuestra que no estamos en camino de proteger el clima en absoluto. El número sigue aumentando y está aumentando año tras año”, dijo Wolfgang Lucht, del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático.
La mala noticia conocida ahora no es un hecho aislado, todo indica que los niveles seguirán aumentando en los próximos años, con efectos muy negativos en el cambio climático.
En las siguientes imágenes se puede observar el incremento de la concentración de monóxido de carbono en los últimos siglos y en las últimas décadas.



Ralph Keeling, director del Programa de CO2 de Scripps Institution of Oceanography, dijo que la tendencia probablemente continuará a lo largo de 2019, que probablemente sea un año en el que las temperaturas aumenten debido a las corrientes oceánicas más cálidas (Efecto del Niño)
La tasa de crecimiento promedio se mantiene en el extremo superior. El aumento respecto al año pasado probablemente será de alrededor de tres partes por millón, mientras que el promedio reciente ha sido de 2,5 ppm.

Los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera terrestre por la quema de combustibles fósiles crecen cada año. Los últimos cuatro años fueron los cuatro más calurosos registrados y, a pesar del acuerdo de París y la creciente conciencia pública sobre el problema, la humanidad continúa batiendo sus propios registros de emisiones, año tras año.
La temperatura media de la superficie de la Tierra ya ha aumentado 1.0ºC desde tiempos preindustriales debido a las emisiones hechas por el hombre. ”Toda la historia de la humanidad ha estado en un clima más frío que ahora”, dijo Lucht.
”Cada vez que un motor funciona, emitimos CO2 y tiene que ir a alguna parte. No desaparece milagrosamente, se queda en la atmósfera. ”A pesar del acuerdo climático de París, a pesar de todos los discursos y protestas, todavía no estamos viendo que estamos doblando la curva”, agregó.
Si bien existe cierto desacuerdo sobre lo que constituiría niveles de CO2 atmosférico “seguros”, existe un amplio consenso de que 350 ppm, un nivel superado a fines de la década de 1980, evitaría el calentamiento global descontrolado. ”350 ppm es un valor de precaución porque algunas de las consecuencias de estar por encima de 400 pueden estar evolucionando”, dijo Lucht.
”Pero como no estamos en el buen camino, cualquier valor que podamos lograr para estabilizarnos es una victoria”. El umbral de 415 ppm se superó por primera vez a principios de este mes y ya ha aumentado.
También desde el Observatorio de Izaña
El observatorio de Vigilancia Atmosférica Global de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Izaña (Tenerife) ha registrado en las últimas semanas el récord histórico de las mediciones de concentración media diaria de dióxido de carbono (CO2), con más de 415 ppm (partes por millón).
En concreto, han sido cuatro las ocasiones en las que se ha rebasado esta cifra con un máximo en la serie de datos (que se inicia en junio de 1984) de 416,7 ppm el día 18 de abril, según destaca el Ministerio para la Transición Ecológica.
”Que se haya superado el umbral de 415 ppm nos coloca en territorio inexplorado para la humanidad, ya que desde que habitamos la Tierra no se había dado un registro similar”, afirma el Ministerio en el comunicado.
El Ministerio recuerda que medir la concentración de CO2 en atmósfera limpia no es fácil por muchos motivos y por ello no hay muchos observatorios en el mundo que realicen este tipo de medidas de tan alta precisión. Según el ministerio “son solo 30 laboratorios y están ubicados en zonas alejadas de los focos de emisión, de las fuentes de contaminación, apartadas de continentes y en zonas elevadas y, por tanto, en lugares como Hawái, Samoa, Tasmania, el Polo Sur y Alaska”.
Material tomado de:
https://www.lavanguardia.com/natural/20190514/462242832581/concentracion-dioxido-cabono-co2-atmosfera-bate-record-historia-humanidad.html

miércoles, 23 de octubre de 2019

¿Es el microplástico un nuevo contaminante atmosférico?



¿Es el microplástico un nuevo contaminante atmosférico?


Vivimos en la era del plástico. Y por eso es lógico que haya plástico en todos lados. En la tierra, en el agua, y aunque no se pueda creer, también se lo encuentra en el aire. De acuerdo a las estadísticas de ONU, el mundo produce aproximadamente 300 millones de toneladas (40 kilos por persona) de residuos plásticos cada año y actualmente solo el 14% se recolecta para su reciclaje.

Una de las consecuencias más peligrosas de esta realidad plástica que nos devora son los microplásticos, pequeñas piezas de plástico de menos de 5 mm de diámetro que contaminan el medioambiente y generan un potencial daño a la salud de los animales y humanos.

Los microplásticos provienen de una gran variedad de productos, como los cosméticos, la ropa, productos de pesca, bolsas y desechos plásticos de uso cotidiano o industrial, entre otras muchas fuentes. Los microplásticos son pequeñas partículas de plástico que se forman por el desgaste de piezas de mayor tamaño, con la característica de ser prácticamente indestructibles desde el punto de vista molecular.

A diferencia de otros materiales que pueden biodegradarse, este tiende a dividirse en partículas de menor y menor tamaño hasta tamaños inferiores al micrón (milésima parte del milímetro). La superficie del microplástico actúa de forma similar a una esponja que absorbe toxinas, incluyendo toxinas del medio ambiente como los bifenilos policlorados (PCB) y gérmenes causantes de enfermedades.

Un reciente estudio científico titulado “Atmospheric transport and deposition of microplastics in a remote mountain catchment”, publicado por la revista especializada Nature Geoscience, describió cómo por tamaño diminuto los microplásticos se incorporaron al polvo que se encuentra disperso en el aire de la atmósfera. 

Sus autores explican cómo los microplásticos pueden viajar a través de la atmósfera y terminar en regiones muy alejadas de su fuente de emisión original. Usando simulaciones atmosféricas, demostraron que estos pueden viajar a través de la atmósfera desde distancias de al menos 100 kilómetros.
Inclusive se encontraron cantidades superiores a las 360 partículas por metro cuadrado en la región de los Pirineos (cordillera situada entre España y Francia), al igual que en las Montañas Rocallosas (Rocky Mountains). Como resultado de esto, se desprende la hipótesis de si los microplásticos encontrados en la Antártida pudieron llegar a través del océano o por vía aérea.



El microplástico es un nuevo contaminante atmosférico. Se  recolectaron microplásticos durante un período de cinco meses en una estación meteorológica a unos 1.400 metros sobre el nivel del mar utilizando captadores de deposición atmosférica. Contaron y analizaron los fragmentos de plástico, fibras y películas en el fondo de los colectores que tenían menos de 300 micras de tamaño. Para tener una noción de ese tamaño, el cabello humano promedia entre 50 y 70 micras de diámetro. Y la partícula más pequeña que puede ver un ojo humano es de aproximadamente 40 micras. 

Más del 50 por ciento de los microplásticos encontrados en la estación eran fragmentos de menos de 25 micras de tamaño.
Si uno sale a la calle con una luz ultravioleta y la ajusta a una longitud de onda de 400 nanómetros, verá todo tipo de partículas de plástico en la fluorescencia del aire. 

En términos prácticos un simple envase descartable puede desintegrarse en miles de partículas y formar parte del polvo de nuestra atmósfera, respirarlas o mezclarse con la lluvia y acabar en nuestra mesa en el agua que consumimos. La aparición de microplásticos en el agua de lluvia pone en jaque al ciclo natural del agua en cuanto a su pureza. 

En la medida que crezca la cantidad de estas partículas en suspensión, mayor será la concentración en el agua de lluvia y los encontraremos más frecuentemente. Un estudio en el cual se han analizado 259 botellas de agua embotellada de 11 marcas distintas en 9 países diferentes ha detectado un promedio de 325 partículas de plástico por cada litro de agua embotellada analizada. Se estima que el 90% del agua embotellada contiene microplásticos, es lógico pensar que necesitaremos nuevos procesos de purificación para prevenir esta problemática.

Según la Organización Mundial de la Salud, los microplásticos se clasifican en dos grandes elementos: 

1-Microplásticos primarios: son fabricados específicamente para ser utilizados en productos limpiadores faciales y cosméticos. En algunos casos, han sido utilizados en la medicina o farmacología.

2-Microplásticos secundarios: derivan del proceso de deterioro de desechos plásticos más grandes, como las partes de plástico macroscópicas que conforman la isla de basura del Pacífico. 

Organizaciones como la ONU y la Unesco son determinantes con su pronóstico: si no se toman medidas para eliminar los microplásticos de los productos de higiene, y si los países no regulan el uso de este material, en 2050 en los océanos habrá más plásticos que peces y el 99% de las aves marinas habrán ingerido sustancias peligrosas.
Cada vez más plástico

Según el último informe publicado en junio de National Geographic, hoy tenemos que lidiar con 8.300 millones de toneladas de este plástico fabricado desde los años 50. De ellas, más de 6.300 millones se han convertido en residuos. Y de esos residuos, 5.700 millones de toneladas no han pasado nunca por un contenedor de reciclaje, una cifra que dejó atónitos a los científicos que la calcularon en 2017. 

La producción mundial plástica ha registrado un aumento exponencial –de 2,1 millones de toneladas en 1950 pasó a 147 millones en 1993 y a 407 millones en 2015–. Para dimensionar este crecimiento exponencial basta sólo un ejemplo: las botellas de plástico. Cada minuto se compran en el mundo 1 millón de botellas plásticas. Equivalen a 20.000 por segundo. En 2016, según la encuestadora Euromonitor, se vendieron 480.000 millones de botellas, de las cuales 110.000 las fabricó la empresa de gaseosas más famosa del mundo. Sólo el 7% de éstas se convierte en nuevas botellas. 

“Cada año se lanzan al mar, ríos y lagunas ocho millones de toneladas de plásticos que al degradarse se convierten en micropartículas. La acción del agua, los microorganismos y la luz solar van degradando el plástico hasta reducirlo a pequeñas partículas de unas pocas micras de longitud (una micra equivale a la milésima parte de un milímetro). Al ser casi indestructible, ya que no se biodegrada o descompone, cada vez se transforma en partículas más pequeñas, pero nunca llega a desaparecer. A este ritmo, en el año 2050 habrá mayor volumen de plástico que de peces en el mar, según la Fundación Ellen MacArthur”.


Peligro para la salud

Debido a que no se biodegradan y solo se desintegran en partes más pequeñas, los microplásticos terminan siendo absorbidos o ingeridos por muchos organismos, incluidos los humanos, alojándose en sus cuerpos o tejidos. En animales, es lógico que luego sobrevenga la muerte por intoxicación, al no poder diferenciar si es su alimento o no. 

Un estudio reciente presentado en un congreso de gastroenterología celebrado en Viena, Austria, en noviembre del 2018, mostró que las heces de personas de países tan distantes y distintos como Reino Unido, Italia, Rusia o Japón contenían partículas de una decena de plásticos diferentes. 

De los diez plásticos buscados, encontraron nueve de ellos. Los más comunes fueron el propileno, básico en los envases de leches y jugos, y el polietilentereftalato (PET), del que están hechas la mayoría de las botellas de plástico. La longitud de las partículas oscilaba entre las 50 y las 500 micras. Y, en promedio, los investigadores encontraron 20 microplásticos por cada 10 gramos de materia fecal.

Si bien se puede podemos contrarrestar el efecto que provocan los microplásticos en el medio ambiente, no se logrará reemplazar estos materiales en el corto plazo tan fácilmente. El mayor problema que encontramos es que las plantas de agua potable convencionales con las que hoy cuentan la mayoría de los países, ya sea de sedimentación o bien los filtros de gravedad (grandes piletas que generalmente vemos a la entrada a las ciudades), dejan pasar una gran parte de este tipo de contaminantes que hoy podemos encontrarlos en nuestras aguas, entre otros contaminantes emergentes como antibióticos, hormonas y viagra, por solo mencionar algunos". 

Actualmente, existen tecnologías de potabilización como la ultrafiltración, que pueden retener partículas del tamaño del micrón (hasta 0,01 micrones), incluso coagular y remover arsénico, un gran problema en nuestro país y en todo el mundo. Ya estamos atravesando la crisis del plástico, tenemos herramientas y tecnología para neutralizar su efecto e impedir que siga avanzando, pero es un compromiso que debemos asumir todos con conciencia y conocimiento.

Más plástico, también menos oxígeno

Si el hecho de estar respirando plástico podría no resultar suficientemente dramático, a esto debemos de añadir otra mala noticia. En esta ocasión la información llega a través del equipo de la doctora Sasha Tetu, de la Universidad Macquarie, el cual a mediados del mes de mayo daba a conocer en la revista Communications Biology los resultados de su estudio titulado: Plastic leachates impair growth and oxygen production in Prochlorococcus, the ocean’s most abundant photosynthetic bacteria.
El 10% del oxígeno que respiramos proviene de un género de bacteria llamada Prochlorococcus que habita en el océano. Y ahora las pruebas de laboratorio de Tetu han demostrado que estas bacterias son susceptibles a la contaminación plástica. "Encontramos que la exposición a sustancias químicas filtradas por la contaminación plástica interfirió con el crecimiento, la fotosíntesis y la producción de oxígeno de Prochlorococcus, la bacteria fotosintética más abundante del océano" explica la investigadora. Ahora nos gustaría explorar si la contaminación plástica está teniendo el mismo impacto sobre estos microbios en el océano"
Se estima que la contaminación plástica causa pérdidas anuales por un valor de más de 13.000 millones de dólares en daños económicos en los ecosistemas marinos, y el problema solo hace que empeorar, ya que se estima que el peso del plástico en los océanos superará al de los peces para el año 2050.

Material tomado de



domingo, 6 de octubre de 2019

El rol de los Bosques en atraer la lluvia La teoría de la bomba biótica



El rol de los Bosques en atraer la lluvia
La teoría de la bomba biótica

¿Qué rol juegan los bosques en la generación de lluvia?
Conocemos lo suficiente para decir “es un rol importante” y que gran parte de la lluvia que cae directamente sobre la tierra está vinculada a los bosques. Sin embargo, existen múltiples mecanismos y procesos involucrados que aún no entendemos. Uno de los aspectos importantes es la relación entre la formación de nubes y el bosque.
Las nubes se forman cuando el vapor de agua se condensa (o congela), pasando de estado gaseoso a líquido (o sólido). La condensación se produce cuando el aire está saturado con agua. Esta depende de la temperatura y también de la presencia de los distintos tipos de núcleos de condensación (generalmente partículas de aerosol o motas que actúan como superficies donde puede condensarse el agua). En un área de aire saturada con agua y con una alta disponibilidad de estos núcleos, la condensación ocurre a niveles de humedad más bajos, lo cual nos permite atribuir un rol importante a estas partículas en la formación de nubes.
La mayoría de las partículas atmosféricas detectadas en los bosques amazónicos son biológicas (por ejemplo, polen y esporas de hongos). Sabemos que estas pequeñas partículas atmosféricas tienden a aumentar su tamaño con la deposición de compuestos orgánicos volátiles (COV) parcialmente fotoxidados. A medida que las partículas crecen, se vuelven más eficaces en la recolección de agua líquida o hielo, sembrando nubes en el cielo. Se estima que el 90% de los COV tienen un origen biológico. El isopreno es el más abundante y mejor caracterizado: es principalmente producido por ciertas plantas cuando están sometidas a estrés de calor. Muchas especies de árboles emiten isopreno, pero las hierbas C4 (tipo de plantas que consumen menos carbono) no lo hacen; por lo tanto, las concentraciones atmosféricas de este compuesto son generalmente más altas sobre los bosques tropicales que sobre las praderas de herbáceas. Es notoria la capacidad del isopreno para aumentar la cubierta de nubes a través del aumento de núcleos de condensación durante los períodos de estrés por calor, lo cual reduce las temperaturas y posiblemente estimula la lluvia, actuando como reguladores de temperaturas regionales y climas en general.
Las relaciones globales sin duda que son mucho más complejas, ya que varios cientos de COVs son conocidos por ser emitidos por las plantas. Además, investigaciones recientes han puesto de manifiesto la importancia de ciertos tipos de bacterias que son levantadas de las superficies de las hojas por el viento, facilitando la formación de hielo a temperaturas relativamente altas en comparación con situaciones sin estas bacterias. Esta actividad de formación de hielo es una característica biológicamente específica de estas bacterias.
¿En qué consiste la teoría de la bomba biótica?
Un reciente estudio realizado por científicos del CIFOR (Center for International Forestry Research) refuerza la hipótesis de la Teoría de la bomba biótica”, la cual señala que los bosques desempeñan un papel importante en la determinación de las lluvias al crear vientos atmosféricos que extienden la humedad de los continentes.
Es una teoría que sugiere que la abundante lluvia de algunos interiores continentales, como en la Amazonía en América del Sur y el Congo en África, es sólo posible debido a la casi continua cobertura forestal desde la costa al interior. La teoría en sí se fundamenta en los procesos físicos atmosféricos y destaca el papel de la evaporación y la condensación en la generación de vientos que llevan el aire húmedo hacia el interior continental. Se propone que los patrones de lluvia pueden ser muy sensibles a los cambios de cobertura vegetal: incluso la pérdida forestal localizada puede revertir un continente de altas precipitaciones a un lugar con bajas condiciones de lluvia.

Esta teoría, desarrollada por Anastassia Makarieva y Víctor Gorshkov, propone que la cobertura forestal influye en los gradientes de presión atmosférica y, por tanto, en las corrientes de aire. La lluvia en el interior de los continentes depende de los vientos que movilizan la humedad del océano tierra adentro para reemplazar el agua que fluye a través de los ríos hacia el mar. Los bosques mantienen la evaporación más alta de humedad de cualquier tipo de cobertura terrestre, e incluso evaporan más agua por unidad de superficie que el océano. Tales niveles de humedad tan altos que se emiten al aire aseguran una condensación intensa, la cual genera un flujo de aire que transportan humedad del mar hacia al interior continental. Estas interacciones, basadas en dinámicas físicas que pueden ser revisadas en Makarieva & Gorshkov (2007), son las que mantienen las grandes tormentas tropicales en el océano, al mismo tiempo que permiten altas tasas de lluvia en el interior del Amazonas.
De ser así, el modelo podría revolucionar la forma de entender e clima local y su vulnerabilidad, de modo que sería necesario un cambio en la gestión forestal enfocado a reforestar y cuidar los bosques de manera urgente; ya que, la pérdida significativa de bosques podría provocar la trasformación de regiones tropicales en paisajes desérticos, pues “Tradicionalmente, se ha sostenido que zonas como el Congo o el Amazonas tienen altos niveles de pluviosidad porque se encuentran en partes del mundo que experimentan altas precipitaciones. Pero nosotros proponemos lo contrario: que los bosques son los que provocan las lluvias y que si estos bosques no se encontraran en esas áreas, estas serían desiertos», afirma Douglas Sheil, co-autor de un artículo publicado al respecto en la revista Atmospheric Chemistry and Physics e investigador del CIFOR en un artículo de Ashlee Betteridge publicado por dicho Centro.
El modelo de la bomba biótica explica por qué el aire se eleva sobre zonas con una evaporación más intensiva, como los bosques. La baja presión resultante atrae aire húmedo adicional, dando lugar a una transferencia de vapor de agua que cae en forma de lluvia en las regiones con mayor evaporación.
La bomba biótica ayuda a explicar algunas discrepancias en la ciencia climática contemporánea. Consideremos dos ejemplos: los modelos climáticos actuales que no están obligados a ajustar datos (es decir, basados en los procesos físicos simulan el clima global sin ajuste local) indican que la precipitación sobre las Islas de Indonesia debería ser notablemente inferior a la de los océanos circundantes, cuando el patrón verdadero es el inverso (la precipitación es más alta sobre la tierra). Tales modelos también implicarían que el río Amazonas debiese fluir con, en el mejor de los casos, sólo la mitad del volumen de agua que lleva. Estos patrones son el resultado de los modelos actuales, los cuales no incluyen la influencia de la cubertura vegetal sobre los vientos y la lluvia, variables que sí son consideradas en la teoría de la bomba biótica.
En los últimos años, a partir de su teoría, Anastassia y Víctor han desarrollado con éxito una serie de sorprendentes predicciones que parecen coincidir con las observaciones empíricas, y me complace decir que varios de estos estudios se han publicado en prestigiosas revistas científicas, por lo que cada vez más investigadores del clima y otras disciplinas están tomando conciencia de estas ideas.
La bomba biótica sugiere que los bosques generan y estabilizan climas locales y regionales. Hemos estado desarrollando estas ideas para examinar su influencia a gran escala en los patrones de circulación global. Si estos patrones más grandes cambian, se producirá un profundo impacto sobre el flujo global de humedad atmosférica, lluvia y también temperatura. A medida que la cubierta forestal disminuye, los patrones de precipitaciones cambiarán, y hemos de anticipar una mayor frecuencia de sequías e inundaciones a medida que se pierden las reacciones de estabilización del clima.
La evapotranspiración variará según la forma y tipo de cubierta forestal. Por lo general, un dosel más alto y un índice de área foliar más alto pueden resultar en una mayor evaporación por unidad de área. Una plantación a veces puede tener una mayor evaporación que los bosques naturales (visto en algunos tipos de eucalipto) lo cual se ha utilizado para bajar el nivel de agua en el suelo y controlar los mosquitos en algunas partes del mundo. Sin embargo, si las plantaciones son taladas con regularidad, entonces el patrón disminuirá notablemente y luego comenzará a recuperarse (un patrón a lo largo del tiempo como los dientes de una sierra). En esta situación, es probable que la media de los valores sea mucho más baja que los de un bosque que se mantiene intacto durante más tiempo. Básicamente, una plantación tendrá menos posibilidades de generar lluvia en comparación a un bosque con sus especies mantenidas en el tiempo.
Según la teoría de la bomba biótica, la deforestación de la Amazonia convertiría el sur del continente americano en un desierto, debido a que los vientos océano-tierra cambiarían de dirección. Por el contrario, los modernos modelos de circulación global (MCG)  predicen una modesta reducción de la precipitación si la región sufriera una deforestación, considerando que la circulación atmosférica no se ve afectada por la cubierta vegetal. Al mismo tiempo, vale la pena señalar que los MCG modernos no son capaces de reproducir el ciclo del agua del Amazonas. La cantidad de humedad atmosférica traída al Amazonas por los vientos (según los modelos) parece ser dos veces menor que la cantidad actual medida en la escorrentía de los ríos. A pesar de que esto es bien conocido y de todo el tiempo que lleva conociéndose la deficiencia en el tratamiento convencional del ciclo del agua en el Amazonas por parte de los MCG, no se ha oído hablar de ningún intento de aplicar la nueva teoría de la bomba biótica para comprender los principios físicos y ecológicos de la circulación atmosférica en el Amazonas.
Una notable objeción a la teoría de la bomba biótica consiste en que la liberación de calor latente asociado a la condensación conducirá a un aumento de la temperatura y al aumento de la presión de aire en lugar de producirse una caída de la misma. Este argumento, por ejemplo, fue formulado por un referee del reciente trabajo de Makarieva y Gorshkov en ACPD​ (Atmospheric Chemistry and Physics Discussions) y fue aprobado por el Comité Ejecutivo de ACPD. Sin embargo, como queda reflejado en la respuesta final, los cálculos de los referees se hicieron para un proceso, la condensación adiabática a volumen constante, que está prohibido por las leyes de la termodinámica y hace caso omiso de la ley de Clausius-Clapeyron y los efectos de la gravedad. De hecho, en equilibrio hidrostático, la presión del aire en superficie es igual al peso de la columna de aire, es decir, a la masa acumulada de las moléculas de aire por unidad de superficie multiplicada por la aceleración de la gravedad. El peso no depende de la temperatura. Por lo tanto, una vez que la masa de aire se reduce por la condensación (eliminación de vapor de agua de la fase gaseosa), la presión de aire en la superficie de las gotas a través de un ajuste rápido hidrostático independiente del cambio del perfil vertical de temperatura en la columna atmosférica, puede verse afectada por la liberación de calor latente. Esta caída de presión en superficie es responsable del transporte de la bomba de humedad biótica en la parte baja de la atmósfera.
Los modelos existentes predicen que la deforestación reduce en alrededor de un 20 a un 30% la precipitación de una región. Mientras que la teoría de la bomba biótica revela que esta reducción, podría alcanzar el 95% y convertir el lugar en un desierto. Los científicos Makarieva y Gorshkov opinan esto fue lo que sucedió en Australia con la llegada de los seres humanos, hace 50 mil años, y la consiguiente reducción de los bosques.

¿Qué relación existe entre la tala rasa, las sequías y los incendios?
Es probable que estos acontecimientos y tendencias estén, al menos parcialmente, ligados al cambio de la cubierta forestal. No es fácil demostrar con exactitud esta relación, ya que hay varios factores en juego, pero sabemos que la desaparición del bosque es un eslabón importante que potencia la sequía y la frecuencia de incendios, con la consiguiente muerte y degradación de las plantas, en un ciclo que se alimenta a sí mismo.
Bibliografía