Factores de riesgo disergonómico
Sedestación prolongada
Permanecer en sedestación por largos periodos de tiempo
ha llegado a ser considerado como sedentarismo, esto genera molestias a nivel
óseo y muscular y también tiene repercusiones en el sistema cardiovascular,
sistema renal, musculo esquelético, a nivel metabólico e inclusive llega a
comprometer el estado mental del paciente. Se han propuesto múltiples
soluciones ante este problema, como el aumento de la actividad física y mejoras
en cuanto a la ergonomía de los lugares de estudio, trabajo o ambientes en
general en donde los pacientes permanecen sentados por más de 8 horas. Realizar
cambios frente a la actividad postural y la duración de esta, no solo evitan
los riesgos mencionados anteriormente, sino que reduce los niveles de fatiga,
puede llegar a disminuir en un 16 % los valores de glucosa postprandial y
evitar la actividad ateroesclerótica, proporcionando así una mejor calidad de
vida
Estar sentado durante largas horas, bien sea frente al
televisor, jugando videojuegos o en un escritorio trabajando, es un factor que
aumenta el sedentarismo y por lo tanto incrementa ciertos riesgos como infarto
y muerte súbita. Un estudio demostró que estar sentado durante periodos de
tiempo prolongados implica un mayor riesgo para eventos cardiovasculares (hasta
un 125% mayor riesgo) y hasta de 50% más de fallecer por cualquier causa
(alteraciones metabólicas y neoplasias). Es interesante saber que la actividad
física y el ejercicio no ayudan a compensar del todo el riesgo cardiovascular
inherente a estar sentado durante periodos prolongados, en otras palabras, las
personas activas físicamente presentan en menor medida los efectos adversos de
estar sentados durante períodos prolongados en comparación con las personas
sedentarias, sin embargo no se puede garantizar que el ejercicio sea una medida
que asegure una buena salud general y una medida compensatoria contra todos los
malos hábitos de las personas. En las últimas décadas el trabajo de oficina ha
cambiado considerablemente, este se ha vuelto de naturaleza sedentaria, con
horarios más extensos y con trabajos más exigentes, por lo tanto los
trabajadores han comenzado a estar expuestos a determinados riesgos a los
cuales anteriormente eran ajenos.
Estar
sentado mucho tiempo trae consigo alteraciones para la salud ya que el cuerpo
humano no fue diseñado para estar inactivo, estudios han demostrado que pasar
más de la mitad del día sentado duplica el riesgo de diabetes y problemas
cardiovasculares. Cuando se combinan todas las causas de muerte y se compara a
quienes están más tiempo sentados con los que son más activos, los primeros
tienen un 50 por ciento más probabilidades de muerte. Las molestias más comunes
producidas por sedestación prolongada son las cervicales, abdominales,
trastornos en la zona lumbar de la espalda y alteraciones del sistema
circulatorio y nervioso, principalmente de miembros inferiores, ya que la falta
de movimiento ocasiona cambios en el metabolismo, reduce la cantidad de
alimento que se convierte en energía, y por lo tanto promueve la acumulación de
grasa llevando a la obesidad, y genera altos picos de azúcar en la sangre luego
de la ingesta de alimentos. Un solo evento puede causar estrés en los tejidos
del cuerpo, pero si la exposición es corta o mínima no causa una lesión
traumática, pues con el tiempo los tejidos son capaces de recuperarse, por el
contrario, la exposición repetida a los factores de riesgo, interfieren con el
proceso de curación normal del cuerpo dando lugar a una lesión.
Se realizó un estudio para conocer quiénes son las
personas que más se veían afectadas por estar en reposo por largos periodos de
tiempo y se reconocieron tres tipos de perfiles: A) Personas con trabajos
sedentarios; como los de tipo administrativo o aquellos con jornadas laborales
largas en oficinas, principalmente los que trabajan en computador
B)
Amas de casa y jubilados que dedican varios periodos de tiempo a estar
descansando o viendo televisión
C)
Estudiantes, la población más importante ya que son jóvenes que se están viendo
afectados por enfermedades que anteriormente eran asociadas a personas mayores
y que en los últimos años se ha notado un importante aumento en esta población
preocupando al sector salud y mostrando un problema a futuro por todos los
efectos ya antes mencionados a los que el sedentarismo conlleva.
Aunque
no se conocen con total claridad los mecanismos precisos por los que el estar
mucho tiempo sentado puede llevar a un mayor riesgo de presentar estos efectos
adversos, se han planteado algunas hipótesis como: menor gasto metabólico basal
y termogénesis cuando las personas están sentadas por largos periodos de
tiempo, ya que aunque no parezca relevante el estar parado consume una cantidad
de calorías casi 2 veces mayor que estando sentado, esto puede que a corto
plazo no sea muy influyente pero cuando se tienen en cuenta las calorías que
una persona no gasta estando sentado durante docenas de horas al mes, esto
empieza a dificultar el control de peso, alteraciones en la activación de
lipoproteína lipasa, la cual es la encargada de degradar los triglicéridos, se
ha evidenciado que en las personas que permanecen sentadas durante largos
periodos de tiempo no tienen una activación adecuada de esta hormona.
Aunque
no se ha encontrado una explicación clara de porque el estar sentado durante
mucho tiempo se asocia con un mayor riesgo de cáncer (endometrio, ovario y
colón han sido los más reportados), se piensa que el aumento en los valores de
insulina estimulan el crecimiento celular de forma irregular, lo que puede
llevar a neoplasias. Otras hipótesis plantean que el estar en constante
movimiento estimula la producción y liberación de anti oxidables naturales, que
ayudan a la eliminación de células proliferativas.
Enfermedad venosa
crónica
Una de las principales causas de la enfermedad es estar
parado o sentado por mucho tiempo sin caminar, ya que se disminuye el retorno
venoso y se aumenta la presión en las venas de las extremidades inferiores,
acumulando la sangre. Los músculos en las piernas juegan un papel muy
importante en la circulación, ya que al estar en movimiento actúan como bomba
para mover la sangre de las piernas de vuelta al corazón, dado que esto no
ocurre cuando se está en sedestación prolongada el riesgo de desarrollar este
problema aumenta.
Las varices en extremidades inferiores tienen un origen
multifactorial, sin embargo se relaciona las altas prevalencias de ésta
patología a factores de tipo ocupacional como la bipedestación y la sedestación
prolongada, por el efecto de la gravedad que favorecería a la hipertensión
venosa en extremidades inferiores.
La enfermedad
varicosa de extremidades inferiores es considerada como una de las más costosas
en la sociedad, por el absentismo laboral debido al malestar que provoca,
complicaciones como la úlcera varicosa y disminución de la calidad de vida. Estimándose
que el 30% de la población mundial tiene esta patología, con predominio en el
sexo femenino y reportándose prevalencias de 20 a 60% en países
industrializados.
Los factores de riesgo que se han asociado a ésta enfermedad son
la edad avanzada, historia familiar de várices, obesidad, multiparidad, consumo
de anticonceptivos orales, ortostatismo prolongado, antecedente de trauma en
extremidades inferiores y algunas enfermedades como la diabetes mellitus,
hipertensión arterial, estreñimiento crónico, nefropatías, cardiopatías
y flebitis. Otros factores asociados son el uso de algunas prendas de
vestir que disminuyen el retorno venoso o incrementan la presión intraabdominal
como las fajas, ligas, ligueros; y el calor ambiental o del puesto de trabajo,
por la acción inhibidora de las terminaciones simpáticas venoconstrictoras de
las venas superficiales por la temperatura elevada.
Se han descrito que algunos factores ocupacionales pueden
incrementar la prevalencia de várices, como las ocupaciones en las que
permanecen por largos periodos en bipedestación (carpinteros, cocineros, amas
de casa, enfermeras, etc.) y posición sentada (camioneros), que favorecen a la
estasis venosa, incrementando la presión del sistema venoso profundo y
superficial provocando dilatación y alteraciones estructurales de la pared de
las venas. Es así que todo trabajador que permanece más de 5 horas de
su jornada laboral sentado o de pie tiene mayor predisposición a presentar
várices, siendo estas consideradas como profesiones de riesgo.
Por lo
mencionado, algunos estudios muestran que la prevalencia de varices en
enfermeras es 41%, en personal que prepara alimentos el 79%, profesores 37%,
peluqueros y barberos 23%.
Existen pocos estudios en los que se demuestre la asociación de
várices en extremidades inferiores y factores ocupacionales, mediante estudios
analíticos, sin embargo existen estudios de tipo descriptivo en los que se muestra
prevalencias elevadas de ésta patología en ciertos grupos ocupacionales, como
el realizado por Mecky et al, que encontró que las mujeres que recolectan
algodón y permanecían en bipedestación estática tenían alta prevalencia de
várices 56,5% en Inglaterra y 7,9% en Egipto, en relación a los que permanecían
sentados 18,2% en Inglaterra de y 3% en Egipto.
Espinola et al
menciona que el 49% del personal de salud que presenta várices permanece de pie
por más de 8 horas y el 51% permanece de pie menos de 8 horas; en cambio en los
trabajadores sin várices el 18% permanece de pie más de 8 horas y el 82%
permanece de pie menos de 8 horas.
Loli A, al
estudiar el ambiente laboral y condiciones de salud de las enfermeras encontró
que las enfermedades de tipo postural más reportadas son el lumbago en 42% y
las várices en miembros inferiores en 40,9%.
Alteraciones metabólicas
Se han
evidenciado datos con respecto a las alteraciones metabólicas que se producen
como consecuencia de estar sentado por largos periodos de tiempo, por ejemplo
se ha mostrado un incremento en los niveles de triglicéridos, disminución de
los HDL y disminución en la respuesta a la insulina, todo esto hace que el
metabolismo se vuelva más lento llevando a consecuencias como el aumento de
peso, problemas en el sistema digestivo y problemas de mayor importancia, como
aumento del riesgo cardiovascular y desarrollo de enfermedades metabólicas como
diabetes mellitus o síndrome metabólico, todo esto asociado a un mayor índice
de mortalidad a largo plazo
Enfermedades
renales
Las personas que permanecen sentadas más de 8 horas al
día tienen un riesgo muy elevado de desarrollar enfermedad renal crónica. Se
determinó además una diferencia de riesgo según el sexo, ya que las mujeres que
estaban sentadas menos de tres horas al día tenían 30% menos probabilidades de
desarrollar enfermedad renal crónica, en comparación con las que pasaban más de
8 horas sentadas al día y por el contrario los hombres que estaban sentados
menos de tres horas al día tenían un 15% menos probabilidades de desarrollar
enfermedad renal crónica que los que estaban sentados más de ocho horas al día,
concluyendo entonces que el tiempo que se permanece en sedestación afecta mucho
más al sexo femenino respecto al masculino, otro de los hallazgos de este
estudio fue que las personas que realizaban más actividad física y pasaban
menos tiempo sentadas tenían una probabilidad 10% menor de desarrollar
enfermedad renal crónica, independiente de los factores de riesgo.
Si se trata de explicar por qué estar sentado afecta
tanto los riñones hasta el punto de que las personas lleguen a padecer esta
patología, hay que entender que la sedestación prolongada es considerada como
sedentarismo y que este a su vez puede llevar a obesidad e hipertensión,
terminando en un daño renal, siendo aquí donde la salud del trabajador se ve en
riesgo. Las personas con presión arterial normal, con una vida sedentaria,
tienen una probabilidad de padecer de hipertensión entre un 20% y un 50%, los
hipertensos disminuyen sus cifras de presión arterial cuando realizan
ejercicios físicos. Por esto una actividad física aeróbica de corta duración
durante las horas de trabajo favorece el mantenimiento o la disminución del
peso corporal, y con esto la presión arterial, mejorando así la calidad y la
expectativa de vida de las personas que la practican.
Alteraciones de la postura
Permanecer
sentado por largos periodos de tiempo puede provocar también problemas y
alteraciones en la postura. Se ha establecido que sentarse de una manera
correcta es una forma de guardar y cuidar la integridad del cuerpo y la columna
vertebral, pero aun así estar sentado por largos periodos de tiempo puede
provocar severos dolores principalmente en la región lumbar
Efectos musculo esqueléticos
Las enfermedades musculo esqueléticas asociadas con las
posiciones inadecuadas y a la sedestación prolongada son los motivos de
consulta más comunes de enfermedad ocupacional. A diferencia del síndrome del túnel de carpo,
el lumbago presentó una tendencia al incremento, al pasar de 12% a 22% del año
2001 al 2003, pero disminuyó su incidencia en el año 2004. Estar en sedestación
por largos periodos promueve la afectación del aparato locomotor. Para que los
músculos, tendones y huesos mantengan su capacidad funcional normal, es
necesario mantenerlos activos y evitar el reposo de estos por periodos
prolongados. Cuando no se evita la inactividad prolongada, se produce una
pérdida de la forma y la función, donde el músculo no puede estabilizar las
articulaciones ni los ligamentos produciendo: dolor, limitación de los arcos de
movimiento, inestabilidad de las articulaciones y esfuerzo excesivo. Las
alteraciones músculo esqueléticas son muy dolorosas, comúnmente incapacitantes
y generalmente tienen un comienzo gradual. Dentro de las manifestaciones más
comunes están síndrome del túnel carpiano, tendinitis, ciática, hernias de
disco, y el dolor de espalda baja, estas se producen cuando las capacidades
físicas del trabajador no son compatibles a los requisitos físicos del trabajo.
Efectos psicológicos
Estar
demasiado tiempo sentado no solo afecta la salud física como se había
mencionado antes sino que también afecta la salud mental. Al igual que todo el
cuerpo humano el cerebro necesita un adecuado flujo de sangre, oxigenación y
metabolismo óptimo para que pueda funcionar de manera correcta. Se ha
demostrado la gran incidencia que tiene permanecer sentado en enfermedades como
depresión, insomnio y ansiedad, lo que ocasiona que estas personas no deseen
levantarse en las mañanas para ir a trabajar, estudiar o realizar sus labores
diarias; a diferencia de las personas que tienen una adecuada actividad física
en quienes incluso si ya tienen depresión, el ejercicio podría aliviar sus
síntomas o prevenir síntomas futuros. Estar sentados frente a un computador por
largos periodos de tiempo afecta la comunicación que tienen las personas con
los demás ya que en lugar de conectarse con el entorno, el individuo se
concentra por mucho tiempo en una misma tarea dejando a un lado lo que lo
rodea, quitando así la posibilidad de crear conexiones interpersonales. Estos
trastornos psicológicos se han visto incluso en personas que solo pasan 5 horas
trabajando, una jornada laboral o académica dura aproximadamente 8 horas por lo
que el riesgo de padecerlas es mucho mayor. Además de estos trastornos las
personas que día a día tienen que enfrentar una alta carga laboral pueden
llegar a experimentar el síndrome de Burnout, este se refiere al estrés laboral
crónico, que lleva a cansancio emocional, despersonalización y menor
realización personal. Se caracteriza por un agotamiento progresivo tanto físico
y mental, falta de motivación por las tareas que se realizan y principalmente
cambios en el comportamiento o actitud de la persona. Este síndrome tiene
múltiples manifestaciones a nivel emocional como por ejemplo: cambios en el
estado de ánimo, donde la persona está más irritable y de mal humor, muestran
indiferencia por lo que hacen y las personas que los rodean.
Desmotivación,
estas personas pierden cualquier tipo de interés por trabajar, cumplir sus
metas y objetivos. Agotamiento mental, haciendo que cada vez tengan menos
resistencia a las situaciones de estrés o de mayor exigencia laboral y por
último, falta de energía, menor rendimiento y deterioro cognitivo, causando
disminución en la concentración, memoria y la capacidad para desarrollar
diferentes actividades. Además de las manifestaciones a nivel emocional también
hay manifestaciones físicas ya anteriormente mencionadas como alteraciones
musculo esqueléticas y psicosomáticas como gastrointestinales, cefaleas, etc.
Manifestaciones
El dolor lumbar es una de las causas más comunes de enfermedad ocupacional, es
atribuido a la postura inadecuada al sentarse, por estar parado o sentado por
periodos muy prolongados, por el levantamiento de objetos de manera incorrecta
o por levantar objetos excesivamente pesados, por esto se recomienda adoptar
una posición no tan “rígida” de manera que al sentarse se adquiera un ángulo de
hasta 135 grados, para así ejercer menos presión sobre la espalda y prevenir
estas molestias, además se recomienda mantener el mayor grado de actividad
posible y evitar reposos prolongados en cama. Si se adquiere una mala postura y
a esto se le suma un largo periodo de tiempo sentado además de presentarse
dolores lumbares, se pueden presentar deformidades de la columna vertebral como
cifosis. Al permanecer sentados, demasiado tiempo, se dejan sin uso o en
reposo, músculos que son importantes, como los que ayudan a mantenerse de pie y
a mantener la postura erguida, esto sucede debido a que los músculos se
empiezan a atrofiar o debilitar por falta de uso, además cada vez las personas
se vuelven más pesadas debido a que no hay un equilibrio entre el consumo y
gasto calórico por lo que se llega también a una sobre exigencia ya que aumenta
la carga que debe soportar el cuerpo. La falta de movimiento además genera una
pérdida en la flexibilidad y comienza a haber rigidez en músculos del cuello,
hombros y espalda que genera dolores molestos.
Se ha reportado que existen dos factores laborales directamente
relacionados con la aparición del dolor de espalda, el primero es la
intensificación (más acciones en periodos menores) y el segundo es la
densificación (acciones más complejas y diversas en estructura y en
competencias requeridas).
Prevención
Todos estos estudios demuestran no solo la importancia de
hacer actividades físicas constantemente sino que son una invitación para crear
una cultura donde en los lugares de trabajo se realicen pausas activas para los
trabajadores y así evitar que en un futuro estos desarrollen enfermedades
crónicas que van a afectar tanto su rendimiento en el trabajo como su calidad
de vida. Esta epidemia de sedentarismo afecta a gran parte de la población
mundial, ya que es indudable que gran parte de los trabajos de hoy en día y los
hábitos personales del mundo occidental involucran que las personas estén una
gran parte de su tiempo diario sentados, así sea en su tiempo libre de ocio
(viendo tv u otras actividades que no impliquen gran gasto calórico) o en el
trabajo (estar sentado en frente de un escritorio); es por esto que algunas
personas han incluso dicho que el estar sentado durante muchas horas es el
nuevo “tabaquismo” de nuestra generación, ya que esta actitud tan común entre
nosotros y aparentemente inofensiva se asocia según algunos estudios con el
6,9% de las muertes a nivel mundial. Se ha acumulado evidencia sobre las
consecuencias negativas de la salud de las personas que están expuestas a
permanecer mucho tiempo sentadas durante su periodo laboral. Experimentos
previos demuestran que hay un mayor deterioro metabólico, de la presión arterial
y en la homeostasis de personas que no hacen pausas cortas de actividad física
durante su trabajo diario.
La sedestación es la posición más cómoda para
ejecutar trabajo, ya que requiere un mínimo esfuerzo, pero esta puede ser
nociva para la salud si no se cuenta con un ambiente adecuado para realizarla:
adecuada silla, mesa y espacio para cambiar de posición. Ante esta problemática
se han comenzado a implementar medidas más ergonómicas, buscando que mientras
la persona permanezca en sedestación, las repercusiones sobre su salud sean
mínimas.
Recomendaciones:
1. Cambios
físicos en el lugar de trabajo: Los escritorios que tienen la posibilidad de
cambiar su altura para que el usuario tome diferentes posiciones desde estar
sentado a estar totalmente parado, mostraron disminuir notablemente el tiempo
en el día que se está expuesto a la sedestación. Esta metodología no influyó en
el rendimiento laboral ni en los síntomas musculoesqueléticos, pero no se ha
demostrado que solo la bipedestación disminuya el riesgo cardiovascular porque
no hay una gran diferencia en el gasto de energía comparado con sedestación.
2. Caminar durante los tiempos de descanso: La
introducción de una actividad como caminar durante el tiempo libre en el
trabajo, como en el tiempo de almuerzo, no demostró ningún beneficio respecto a
las horas en las que se está sentado en el trabajo, pero si hubo una pequeña
diferencia frente al riesgo cardiovascular.
3. Información
y asesoramiento: El asesoramiento oral mostró solo poca mejoría respecto a las
horas del día en que se está sentado en el trabajo, mientas que la forma
virtual no reportó ningún cambio sobre esto.
4. Forma
correcta de sentado: La postura correcta es 90-90-90 - el ángulo de la espalda
debe ser de 90 grados, el ángulo del muslo de la pierna debe ser de 90 grados,
y el ángulo de la pierna - pie debe ser de 90 grados. Los requisitos adecuados
del ambiente de trabajo son: *La altura del asiento de la silla debe ser
regulable (adaptable a las distintas tipologías físicas de las personas). La
ideal es la que permite que la persona se siente con los pies planos sobre el
suelo y los muslos en posición horizontal con respecto al cuerpo o formando un
ángulo entre 90 y 110 grados. La altura correcta del asiento es muy importante,
ya que si ésta es excesiva se produce una compresión en la cara inferior de los
muslos. Si el asiento es demasiado bajo, el área de contacto se reduce
exclusivamente al glúteo (las piernas quedan dobladas hacia arriba cerrando el
ángulo formado por los muslos y el cuerpo) provocando compresión vascular y
nerviosa. *El respaldo de la silla también debe ser regulable en altura y
ángulo de inclinación. La función del respaldo es facilitar soporte a la región
lumbar de la espalda, por lo que debe disponer de un almohadillado que ayude a
mantener la curvatura de la columna vertebral en esta zona. El respaldo
conviene que llegue, como mínimo, hasta la parte media de la espalda, debajo de
los omoplatos y no debe ser demasiado ancho en su parte superior para no restar
movilidad a los brazos (42). Los reposa brazos son recomendables para dar apoyo
y descanso a los hombros y a los brazos, aunque su función principal es
facilitar los cambios de posturas y las acciones de sentarse y levantarse de la
silla. *El asiento de la silla debe tener una superficie casi plana y el borde
delantero redondeado para evitar la compresión en la parte inferior de los
muslos. El uso de reposapiés permite el ajuste correcto de silla-mesa cuando la
altura de la mesa no es regulable. Se recomienda que tenga una profundidad de
33 cm y una anchura de 45 cm.
Beneficios de la interrupción de la sedestación prolongada
Cuando
se interrumpe la sedestación prolongada con periodos cortos de actividad física
de intensidad leve o con la simple bipedestación se encontró que trae
beneficios desde varios puntos de vista sobre diferentes riesgos, entre ellos:
·
Sobre la fatiga: Durante el periodo activo que
realizan las personas en sus trabajos, los niveles de fatiga son menores
respecto a las personas que no realizan estas pausas activas. La frecuencia
cardiaca es más alta durante la fase activa respecto a la fase continua de
sedestación, lo que disminuye de manera notoria el riesgo cardiovascular. En la
fase sedentaria de los trabajadores se evidenció una disminución plasmática de
Dihidroxifenilamina DOPA y un aumento de Dihidroxifenilglicol DHPA en plasma.
En conclusión la interrupción de periodos prolongados de sedestación con fases
activos, es efectivo contra la fatiga aguda.
·
Sobre la glicemia postprandial: La hiperglicemia
postprandial es un riesgo cardiovascular para personas con Diabetes Mellitus
tipo 2 así como para personas normoglicémicas. Disminuyendo la hiperglicemia
postprandial mejora la inflamación y la actividad endotelial para terminar en
la reducción del riesgo cardiovascular. Se ha demostrado que la glicemia es menor
en condiciones de actividad física durante las horas de trabajo, comparado con
la condición de estar sentado por mucho más tiempo sin periodos de descanso o
con períodos cortos de bipedestación. No hubo diferencia frente a la
sedestación prolonga y la interrupción de la misma solo con periodos cortos de
bipedestación, se debe realizar una actividad física de intensidad leve como
mínimo para impactar en los niveles séricos de glucosa y en la salud
cardiovascular, esto se debe al aumento del requerimiento energético mientras
se cambia de posición y se realiza la actividad física, dando como resultado
disminución en el sustrato energético (glucosa) y mejoramiento en el nivel
metabólico. En un estudio se vio una disminución aproximadamente del 16% de la
glucosa postprandial en personas que interrumpían su trabajo durante dos
minutos con actividad física de intensidad leve.
·
Sobre
la función endotelial: El estar sentado mucho tiempo induce la disfunción
endotelial y cambios en las fuerzas de cizallamiento, impactar sobre el tiempo
que se está sentado con periodos cortos de actividad previene este daño. Se
demostró que rompiendo ese periodo de sedestación prolongada impactaba en la
actividad aterosclerótica.
·
Sobre
el apetito y las hormonas intestinales: La interrupción de la sedestación
prolongada no afecta el apetito ni la respuesta de las hormonas intestinales a
la ingesta en un periodo de 5 horas, sin embargo durante los recesos activos se
consume cierta cantidad de energía que posiblemente no será reemplazada
después, contribuyendo así a la disminución en el peso.
Conclusiones
A
partir de todos los artículos y publicaciones revisados y del material
disponible en la actualidad, es evidente el daño asociado con los largos
periodos de sedestación, al que ya la mayoría de las personas estamos
expuestos, ya que nuestra vida diaria gira alrededor de actividades que
demandan estar sentado mucho tiempo. Una de las necesidades más relevantes al
revisar la bibliografía disponible sobre el tema es que hay grandes vacíos de
conocimientos sobre el verdadero efecto del estar sentado durante periodos
prolongados y como esto influye a nivel celular y la fisiopatología exacta de
estos cambios, sin embargo se cuentan con algunas hipótesis basadas en
conocimiento científico. Es importante resaltar que los efectos adversos
asociados con estar sentado durante mucho tiempo no son del todo compensados o
inhibidos por hábitos saludables como hacer ejercicio, lo que nos lleva a la
paradoja de que hay personas sedentarias que pueden ser más saludables que
aquellas que hacen ejercicio, esto en el caso de que las primeras evitaran permanecer
periodos largos de tiempo en sedestación, así que nuestra salud debe ser vista
de una manera holística , sabiendo que no se trata solo de hacer actividad
física sino de adquirir hábitos de vida saludables en general. Los efectos
adversos son amplios y algunos tienen impactos verdaderamente importantes en la
morbimortalidad de las personas, desde deformidades en la columna, alteraciones
metabólicas, hasta incluso mayor riesgo de cáncer de ovario, seno y colón. Cabe
resaltar que la incidencia de estos efectos adversos se da en la población
general, ya que es de esperar que si es un hábito que hace parte de la rutina
de las personas a nivel global, las cifras de eventos adversos atribuibles a
este efecto deben ser colosales, sin embargo, autores afirman que el
sedentarismo en la forma de estar sentado durante periodos prolongados puede
significar hasta un 6,9% de muertes tempranas a nivel mundial, lo cual no es
para nada una cifra insignificante. A pesar de este riesgo emergente, es fácil
hacer y tomar parte de las intervenciones y actividades disponibles para
disminuir nuestro tiempo de sedentarismo, algunas de estas prácticas ya hacen
parte de los programas de salud ocupacional de las compañías, el punto sobre el
cual debe hacerse más fuerza, es la difusión masiva hacia la población general,
de una cultura ergonómica y con más hábitos saludables.
Bibliografía